El “botón del pánico”, herramienta que garantiza la seguridad
El Satse pide que se instale esta herramienta en todos los centros de salud, además
de que se amplíen las plantillas de vigilantes
Para combatir las agresiones, los enfermeros disponen de una serie de mecanismos y recursos que pueden ayudarlos a evitar que la situación vaya a más. Por un lado, los hospitales jiennenses cuentan con el botón del pánico. Una herramienta situada en los mostradores con la que se avisa al los vigilantes de seguridad de que un problema está ocurriendo en una determinada zona. Estos mismos guardas son otro de los “recursos” con los que cuentan los profesionales sanitarios, quienes, en el caso de que no la puedan evitar, cuentan con todo el apoyo de su colegio y sindicato.
“El botón está en todos los servicios de Admisión y de Urgencias. Pero estamos intentando que los pongan en todos los centros de salud”, dice Juan Ángel Sevilla, del Satse. Esta herramienta se convierte, así, en una herramienta indispensable para hacer sentir más seguros a los enfermeros en su trabajo. Un utensilio que complementa la gran labor que realizan los vigilantes de seguridad en los hospitales y centros de salud. Sin embargo, en algunos lugares, la plantilla de guardas no es suficiente para cubrir todo el edificio. Por ello, Ánfrica Conde, delegada del Satse en el Complejo Hospitalario de Jaén, subraya: “Con motivo de todas las denuncias, nosotros reivindicamos una mayor presencia de vigilancia en los hospitales, así como más cámaras de seguridad”. Esta petición se justifica por ser esta persona a la que los enfermeros deben acudir en el momento en el que se produce una agresión, algo que no sería posible si estuviera ocupada en otra zona o no disponible. Además, como medida preventiva, el Satse lanza, regularmente, campañas con cartelería e información para concienciar a la población contra los ataques a los profesionales sanitarios. “Es muy necesaria la implicación y el conocimiento de todos los agentes que participan en la situación”, declara África Conde.
En el caso de que, a pesar de todo, se origine un caso de agresión existe un protocolo establecido por del Centro Andaluz de Salud. En él se dispone que, cuando un trabajador sufre una agresión, tiene que rellenar una serie de documentos. “Si tiende a tener problemas psicológicos después del sucesos, puede darse de baja, ya que se considera accidente de trabajo”, afirma Juan Ángel Sevilla. Un apoyo al que se suma el ofrecido por el sindicato de enfermería. [P. G. P.]