El conflicto, con acento de aquí

Varios jiennenses relatan su experiencia en Cataluña y su visión del “procés”

02 oct 2017 / 10:50 H.

Dicen las estadísticas oficiales que más de 110.000 jiennenses residen en Cataluña. Paisanos que viven en primera persona el conflicto generado por la Generalitat, al convocar un referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Gentes de toda edad y condición que tienen su vida hecha en esa tierra y que son voces autorizadas para hablar de la situación. Reacciones que van desde la inquietud y el miedo, hasta la perplejidad y la comprensión. Eso sí, con acento jiennense.

Cristina Vico es una joven alcalaína de 24 años que se mudó hace un año y medio a Barcelona para trabajar como enfermera en el Hospital Vall D’Hebron. Es consciente de que ayer no fue un día normal en Cataluña. Se notaba que era diferente: “No vas por la calle y te vas encontrando a gente con banderas”, afirma, aunque, sí es cierto, que le sorprendió el hecho de ver que en la mayoría de los balcones de las diferentes calles de la ciudad está colgada la bandera catalana o la estelada. “En un grupo de whatssapp que tenemos los compañeros del trabajo, en los que hay algunos que son independentistas, llevan desde hace semanas hablando sobre el tema. Principalmente de lo que se quejan es de que quieren reclamar su derecho a decidir libremente”, afirma la jiennense. Además, reconoce que muchas veces les ha preguntado por qué quieren la independencia, para que se lo expliquen sin prejuicios y que, algunas veces le contestan que es porque desde pequeños se lo han enseñado sus padres o porque es un sentimiento: “Me dicen que no se sienten españoles”. A pesar de ello, afirma que nunca ha tenido ningún problema ni ha sentido rechazo alguno.

Para Antonio Doblas, el de ayer fue un día normal. Este linarense de 75 años lleva cinco décadas y media en Cataluña. Sus dos hijos, sus cinco nietos y sus dos biznietos ya nacieron allí. “Donde yo he estado, toda ha ido muy tranquilo”, explica. Y añade: “Yo no he votado, porque creo que somos todos españoles y que no es necesario este referéndum ilegal”, aclara. Entiende que haya mucha gente que quiera expresarse, pero considera que el camino elegido no es, ni mucho menos, el mejor.

A Francisco Ortiz lo conoce todo el mundo en Cataluña como “Paco el Rociero”, porque durante años ha estado al frente de la Cofradía del Rocío en Cataluña o ha organizado la feria de abril en Barcelona. Este taxista, ya jubilado, nació en Jimena hace 63 años. Se mudó a tierras catalanas cuando era un niño y sus dos hijas nacieron allí. Asegura que la situación es muy grave: “El pseudoreferéndum es un ataque directo a todo el pueblo de Cataluña, al de España y a la Democracia. Lo que han presentado es un proyecto de odio. No se respeta a las minorías”, aclara. Paco asegura que no ha votado. “Ni yo ni nadie de mi entorno hemos participado en esto”.

Mari Loli Gómez dejó su Linares natal en la década de los sesenta, cuando apenas tenía tres años. Vive en Amposta (Tarragona) y tiene tres hijos. “Me siento española y, por ello, ver todo lo que se está viendo estos días en Cataluña es muy amargo. Me siento muy mal”, sostiene esta mujer, que asegura que el ambiente está “muy tenso”. “No he ido a votar, porque entiendo que carece de cualquier validez. Aunque llevo muchos años aquí, me considero española y considero que no se puede realizar esa ilegalidad”, reitera.

Gilberto Madero lleva once años en Barcelona. Su integración ha sido plena. Este tosiriano, que trabaja como conductor de ambulancias, asegura que jamás ha tenido problemas de convivencia. Todo lo contrario: “Desde que llegué me sentí como uno más. No puedo hablar nada mal de Cataluña”, asegura. Gilberto no ha votado, si bien asegura que entiende a los que sí lo han hecho: “¿Por qué no van a poder expresarse?”, se pregunta. Eso sí, tiene claro que la consulta de ayer carece de cualquier valor. “Me hubiera gustado que se hubiera hecho bien, con garantías para que todos pudiéramos hablar”, explica.

Vanesa Pérez-Vico se siente catalana, aunque su familia tiene raíces jiennenses, en concreto en Torredonjimeno. Nació en Vic, pasó su infancia en el municipio tosiriano y regresó a Cataluña. “Lo que ha hecho el Estado español me avergüenza. Queremos expresarnos y no nos han dejado. No defiende tampoco al Gobierno catalán, que ha cometido muchos errores. Lo único que queremos es expresarnos y ver a la Policía y a la Guardia Civil a palos me ha avergonzado como ser humano. Se podía haber hecho de forma mucho más pacífica”, aclara. Vanesa acudió a su colegio electoral y votó “sí” a la independencia: “Hace unos meses, hubiera votado que no, pero lo que ha pasado en los últimos días, con las detenciones y todo lo demás, me ha hecho cambiar de opinión”, explica.

Belén Ureña estudia Diseño de Modas en Barcelona, donde apenas lleva un año. Esta veinteañera tosiriana vivió con mucha intranquilidad la jornada de ayer: “No he salido de mi casa en todo el día, porque he visto que el ambiente estaba muy revolucionado”. A pesar de que lleva poco tiempo en Cataluña, ha hecho buenos amigos allí: “Casi todos los que conozco están en contra de la independencia. Es verdad que hay algunos que sí que quieren separarse. Pienso que son una minoría, pero muy ruidosa y que condiciona a los demás”, sostiene.

Francisco Alarcón, de Noguerones, vive en Lleida, donde ha trabajado los últimos 50 años: “No he salido de casa en todo el día. No quiero líos. El colegio ha estado abierto todo el día y no he visto mucho revuelo”, explica este jiennense, ya jubilado. Asegura que ni él ni su familia ni muchos de sus amigos han participado en las votaciones. Por eso, no se fía de los resultados que puedan darse.

Ana Martos vive enfrente de la “Escola Lavinia”, uno de los centros de votación donde se han producido más incidentes. Esta jiennense legó allí hace aproximadamente un año, después de vivir en Alemania durante una temporada. “Ha habido muchas colas durante todo el día y el sábado por la noche ya había allí gente. Creo que están en su derecho de expresarse, pero tal y como se ha planteado esta consulta carece de legitimidad alguna”, explica. “Aunque hubiera podido, yo no hubiera ido a votar por ese motivo”, remarca. Esta tosiriana explica que no vería con malos ojos que se planteara un referéndum con garantías, “en el que pudiéramos votar todos los españoles”. Además, explica que a los catalanes sería necesario plantearles más cuestiones, no solo la independencia, sino saber, por ejemplo, si quieren seguir formando parte de la UE.

Miguel Ángel Calahorro lleva tres años y medio en Cataluña. Trabaja en Tarrasa como director técnico de un club deportivo. “En mi zona, hay muchos andaluces, muchos emigrantes, por lo que la convivencia aquí es muy buena”, aclara. Eso sí, desde hace unos meses, ha notado cómo la tensión ha ido creciendo. “Claro que se han notado los roces. Antes, este tema se hablaba con más naturalidad. Ahora, es mejor no hablar de ciertos asuntos para que no haya problemas”, añade. Lo que sí tiene claro Miguel Ángel Calahorro es que la jornada del 1-0 marcará “un antes y un después” en Cataluña, en sus gentes y su relación con el resto de España.

José Manuela Zafra es un chef ubetense, que vive en Barcelona, y que ha sentido de primera mano el referéndum convocado por los independentistas. “Creo que todo esto se ha desbocado más de lo normal, el pueblo catalán es un pueblo con mucha historia, muy tradicional y muy rico, y me da mucha pena en lo que ha desembocado todo esto”. Un andaluz que se siente muy español pero que considera que el pueblo catalán también tiene derecho a decidir, de un forma pacífica, su futuro. Rodeado de personas de múltiples nacionalidades debido a su trabajo y con una pareja catalana, cree que todos podemos vivir en paz a través del diálogo, “lo que nos llevaría al entendimiento”. Además, considera que los medios de comunicación se han centrado demasiado en destacar la violencia la parte negativa de la situación. “Tengo ganas de que pase todo esto y poder volver a la rutina y a nuestra vida normal”, es lo que más desea este ubetense que considera que todos los ciudadanos “tenemos derecho a opinar”.

Carlos Atero es un catalán que se dedica al sector turístico, nieto de pealeños, ha vivido todo este proceso desde el principio. Aunque ha estado en su puesto de trabajo durante todo el día, fueron continúas las informaciones que llegaban desde fuera, sobre lo que acontecía en los colegios electorales. “Aunque la jornada para mí ha sido normal ya que yo trabajo con mucha gente a diario, he visto la presencia de policía de forma continua y junto a mis compañeros, hemos estado muy pendientes del número de heridos, con preocupación”, asegura ese joven. Al acabar de trabajar, pudo ver una manifestación en Plaza de Cataluña, que se realizó en contra del referéndum.

“la gente solo
habla de este tema”
“Para mí ha sido
como un día normal”
“Lo que han planteado es un proyecto de odio”
“Todo es muy amargo, me siento muy mal”
“Entiendo a los que quieren votar”
“Siento vergüenza de lo que ha ocurrido”
“pienso que es una minoría muy ruidosa”
“No he salido de casa en todo el día”
“Para mí no tiene legitimidad alguna”
“hay asuntos que es mejor no tocarlos”
“tODOS TENEMOS DERECHO A DECIDIR”
“los medios desvirtúan la situación real”