El consumo de agua en Jaén cae un 40% ante el miedo a la sequía

La capital necesita cada día 12 millones de litros menos que hace 20 años

15 feb 2018 / 09:21 H.

Quedan pocos jiennenses a los que no les entra nada por el cuerpo al ver cómo sale el agua del grifo y se va por la tubería sin aprovecharla. Pasa cuando se friegan los platos, un momento en el que rara vez se la deja correr. También en la ducha, un ritual que se ha convertido en bastante más corto. Y los baños, casi se han desterrado. Jaén gasta mucha menos agua que antes. Concretamente, un 40% menos que hace 20 años, lo que revela una alta concienciación por la importancia que tiene este recurso.

Se han hecho campañas de concienciación para la ciudadanía en general y, también, se educa en el ahorro de agua en las escuelas, aunque, cuando se miran los registros estadísticos, existe una realidad latente. No hay argumento más potente para consumir menos agua que el miedo a no tenerla —con cortes temporales o por problemas de desabastecimiento—. De hecho, existe una correlación perfecta entre los años con menos precipitaciones y el aumento del ahorro de agua en la capital jiennense. De ahí que el miedo a la sequía es el principal catalizador que conduce al ahorro en el consumo de este recurso.

Aqualia gestiona el Servicio Municipal de Aguas de Jaén desde mediados de 1997. Desde entonces y hasta ahora, según los datos con los que cuenta la empresa, el consumo de agua se reduce en un 40%, a pesar del aumento de población y el correspondiente desarrollo urbano que ha experimentado la capital. Pese a que existen más personas, Jaén necesita 12 millones de litros menos todos los días. Precisamente, de los más de 275 litros por habitante y día de los que se partía en 1997, se pasa, al cierre del ejercicio 2017, a una cifra de 171 litros al día.

El ahorro. La consolidación de la mentalidad de ahorro de los ciudadanos unido a las importantes mejoras técnicas que se desarrollado en el servicio —telecontrol, detección de fugas y renovaciones de redes obsoletas, entre otras— son las causas de estos significativos descensos anuales. No obstante, también hay que tener presente que las familias jiennenses, además del aprecio por el agua, cuentan con otros mecanismos de ahorro. La mayoría de las familias cuenta con electrodomésticos —como lavadoras— mucho más eficientes o cisternas con capacidades diferentes para reducir el consumo del recurso. Si se hace un repaso de la evolución del gasto, cada jiennense consume 104 litros menos cada día o, lo que es lo mismo, 37.960 litros cada año por persona. Además, entre la población existe una sensación de que todavía se puede reducir el gasto algo más. Asimismo, al aumento del censo en los últimos años también hay que sumar el auge de las piscinas. No hay duda de que la capital tiene muchas más ahora que hace 20 años.

Obras de mejora. Aqualia destaca la gestión del recurso y la vocación de la compañía y de la propia ciudadanía para reducir el gasto, ya que se tiene claro que se trata de un bien limitado y que existen épocas de escasez. Por eso, destaca su labor para mejorar la red que conduce el agua hasta los hogares jiennenses. Este trabajo técnico se ha centrado en evitar las fugas de agua que se producen por roturas de tuberías que no afloran a la superficie y que son difíciles de detectar. Para ello, se utiliza tecnología de última generación y se han desarrollado diferentes intervenciones, como la división de las tuberías de la ciudad en distintos “trozos” o sectores, la instalación de sensores inteligentes y el análisis de los consumos nocturnos, entre otras.

La sectorización de la red de agua de la ciudad aporta datos de presión y caudal de cada zona y permite a los técnicos de Aqualia tratar y asignar estos valores de forma personalizada según las características técnicas y orográficas —mayor o menor altura, principalmente— que tenga el sector en cuestión. Jaén cuenta con 30 divisiones que están controladas durante las 24 horas del día. Además, en caso de avería, la sectorización posibilita acotar mucho más la zona afectada, evitando cortes de agua al resto de calles o barrios, disminuyendo el tiempo de suspensión de suministro necesario para proceder a reparar y, por tanto, la pérdida de agua.

Sensores de aviso. Por otro lado, Aqualia tiene instalados en diferentes puntos de Jaén 100 sensores inteligentes que entran en funcionamiento de madrugada, cuando el consumo es mínimo. Durante una hora, hacen un barrido en el que detectan el ruido que hace la salida del agua por un orificio —avería— de una tubería a presión y cada día transmiten a un ordenador central las ubicaciones de fugas que detectan para su control y reparación. Aqualia analiza los consumos nocturnos del municipio, lo que le ayuda a prever la existencia de fugas en la red en cada zona de Jaén, ya que la rotura de una tubería hace que la gráfica de consumo muestre un pico más alto de lo normal, lo que pone en aviso de la existencia de una anomalía en la red, la cual se rastrea de forma inmediata.

De esta manera, el ahorro de agua ha caído un 40% en el núcleo urbano de la capital. Sin embargo, la compañía insiste en que todavía se puede avanzar más con unos sencillos consejos a la ciudadanía. De hecho, no hay que olvidar que ahorrar agua no solo es contribuir con el medio ambiente y gestionar bien un recurso, sino que también se refleja en el bolsillo de las familias jiennense cuando reciben la factura.

Claves de la situación de los embalses

Sube el agua almacenada

Las últimas precipitaciones, en forma de lluvia y también de nieve, ya se notan en los embalses de la provincia. La situación es preocupante, aunque los pantanos jienenses han incrementado su volumen de agua embalsada en dos puntos porcentuales. No obstante, hace falta todavía más lluvia en Jaén.