El desafío de los independentistas se consuma en una tensa jornada

Puigdemont asegura que Cataluña se ha ganado “el derecho a ser un nuevo estado con forma de república”

02 oct 2017 / 10:49 H.

El desafío independentista del Govern se consumó en una jornada que marcará un antes y un después en la historia de España. “Con esta jornada de esperanza y también de sufrimiento, los ciudadanos de Cataluña nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente que se constituya en forma de república”. Así empezó su primera comparecencia pública Carles Puigdemont tras la consulta declarada ilegal por el Tribunal Constitucional. “No ha habido referéndum”, había dicho horas antes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Lo que sí hubo fue tensión, mucha tensión, con miles de ciudadanos catalanes votaron en alguno de los 2.315 colegios habilitados a tal efecto. La Generalitat cifra en tres millones el número de personas que este domingo se han movilizado en Cataluña en el referéndum del 1 de octubre. A la espera del recuento final, habrá que ver cuantos de estos tres millones han podido votar y cuantos no. Y también hubo violencia desde primera hora de la mañana, cuando se produjeron los primeros forcejeos con las personas que rodeaban los centros escolares. Miembros de las fuerzas de seguridad del Estado trataron de desalojar a los concentrados y fueron requisando las urnas en distintos puntos de Cataluña. Sin embargo, en muchos otros centros los ciudadanos han votado sin problemas. Según el último balance de la Generalitat, al menos 844 personas han sido atendidas por los servicios sanitarios. Dos de los heridos han sido ingresados en un centro sanitario en estado de gravedad, uno de ellos alcanzado en el ojo por una pelota de goma , por lo que ha necesitad ser intervenido quirúrgicamente. También resultaron heridos de carácter leve al menos nueve policías y dos guardias civiles. Lo que sorprendió, igualmente, fue la pasividad de los Mossos d’Esquadra. De hecho, seis juzgados de Catalunya han abierto diligencias para investigar la actuación de este cuerpo por no haber impedido la votación del referéndum de independencia, como ordenaba el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).

La consulta, ilegalizada por el Tribunal Constitucional, incumplió todas las garantías mínimas. La principal irregularidad es que a 45 minutos de empezar la votación se cambiaran muchas de las reglas del juego. Además: las urnas eran opacas, no hubo papeletas oficiales ni sobres, el censo electoral solo estaba alojado en servidores “on line”, no hubo junta electoral, ni tampoco sistema de recuento.

A escasos minutos de que empezara la votación, el Gobierno catalán estableció un censo universal. Los ciudadanos podían votar en cualquier colegio electoral. El objetivo era asegurar que el posible cierre de puntos de votación no entorpezca la jornada. Una misma persona ha podido votar dos o más veces, según el ministerio de Interior. El portavoz del Ejecutivo catalán, Jordi Turull, aseguró que está garantizado que solo se pueda votar una vez, sin dar más explicaciones.

No fue necesario usar sobres y se aceptaron las papeletas impresas en casa. Con los sobres quedan garantizadas dos cuestiones: un sobre, una papeleta. Y un sobre, un voto secreto. Si en el recuento aparecen dos o más papeletas en un sobre, se anulan. Ahora, alguien podría deslizar más papeletas de las permitidas si hay algún fallo en la supervisión. En los colegios electorales se tomó nota a mano de quienes votan, una completa irregularidad. La pregunta es quién está a cargo de velar por la supervisión del voto. Por último, tampoco ha habido control internacional. La ONU el 26 de junio dijo que descartaba presentarse como observador electoral al referéndum.

A pesar de estas irregularidades, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acompañado del Govern, anunció que después del referéndum de Catalunya “se ha ganado a ser el derecho a ser un Estado independiente”. Desde la sala Gótica del Palau, Puigdemont aseguró que trasladará al Parlament el resultado del referéndum para que actúe conforme a la ley del referéndum. De este modo, Puigdemont pone la declaración de Independencia como próximo paso.

Asimismo, Puigdemont apeló a Europa, a quien ha advertido que Catalunya “ya no es un asunto interno” y que el comportamiento de España “atenta a sus principios fundamentales”. El president también agradeció a la población su conducta durante el día y, sobre todo, a los 800 heridos por las cargas de las policías españolas. “Los ciudadanos de Catalunya nos hemos ganado el derecho a tener un Estado independiente que se constituya en forma de república”, ha advertido. Para añadir que “en consecuencia el Govern trasladará en los próximos días al Parlament, sede y expresión de la soberanía de nuestro pueblo, los resultados de la jornada de hoy para que actúe de acuerdo con lo previsto en la Ley de Referéndum”. Es decir, que se declare la independencia. Puigdemont cargó contra lo que tildó de “injustificada, abusiva y grave violencia policial dictada por el gobierno español”. Un mensaje que aseguró se esforzará para que llegue a “todos los demócratas del mundo”. “El Estado español ha escrito hoy una página vergonzosa en su historia de relación con Catalunya”, concluyó.

La jornada del 1-O copó las cabeceras de la inmensa mayoría de las secciones de internacional de los principales medios europeos y mundiales. Y el principal mensaje que trazan sus portales es el estupor por la represión de la Guardia Civil y la Policía Nacional para evitar un referéndum que, si aún no lo estaba, hoy sí que figura en la agenda internacional.

Entre los más duros con la actuación del Estado se halla el francés Libération, que en un editorial censura la actuación del Gobierno central: Violencia en Catalunya: la derrota de Rajoy titula el rotativo francés en una artículo en el que critica con contundencia las medidas a las que ha llegado el Ejecutivo español: “No es la unidad de España la que está siendo atacada a porrazos, es la democracia”: “¿Qué ha podido pasar por la cabeza del presidente español para pensar que una neutralización violenta de los votos solucionaría los problemas?”.

Partidos y sindicatos convocan una huelga
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La Taula per la Democràcia, integrada por los sindicatos CC OO, Usoc, Pimec, Cecot, Fapac, ANC y Òmnium, entre otros, han convocado una huelga general para mañana en como respuesta a las cargas policiales por el referéndum. Los organizadores también han llamado a patronales, sindicatos, autónomos e instituciones a secundar una concentración ante los puestos de trabajo y ayuntamientos hoy a las doce. El sindicato UGT, que también forma parte de la mesa, decidirá en asamblea su adhesión a la convocatoria del paro, han informado a Europa Press fuentes de la entidad. En un acto masivo en plaza Catalunya, el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y el de la ANC, Jordi Sànchez, han sido los primeros en llamar a la ciudadanía a secundar el paro de la actividad económica el 3 de octubre. En su discurso, reivindicaron que después del referéndum la población debe seguir movilizándose para demostrar que “nada ni nadie podrá contra las instituciones catalanas ni contra las libertades nacionales”.