El girasol gana mercado frente al aceite de oliva

El girasol saca “tajada” del alto precio del aceite de oliva y consigue más consumidores. Sin embargo, el “bocado” a los olivareros es muy dulce, ya que ni lo notan. El producto se paga bien y las salidas de las almazaras continúan a un ritmo excelente, por lo que a las fábricas de “oro líquido” no les duele. El zumo de la aceituna se vende menos en España, pero más en el mundo, por lo que, a priori, parece una coyuntura que contenta a todo el mundo. El Ministerio de Agricultura afirma que los españoles han comprado 213.000 toneladas de aceite de oliva. Si se compara con el volumen —con el dato oficial tomado el 1 de abril—, resulta una bajada del 9%. El “oro líquido” cuenta con un enorme prestigio y las campañas divulgativas se han centrado en la salud, por lo que la percepción de buena parte de los españoles radica en que se trata de una grasa saludable. Por eso, la bajada del consumo se atribuye a una contención de la compra —hay consumidores que le dan más usos al producto antes de cambiarlo— o a un traspaso de algunos hacia el girasol debido a los altos precios en origen.

No obstante, las tensiones en los precios también se viven entre los que producen el aceite y lo ponen en el mercado y los que lo compran, lo embotellan y lo comercializan en los supermercados. Los envasadores consultados afirman que el descenso podría ser todavía mucho mayor y superar el 9%. “Un consumidor no está acostumbrado a pagar 4,5 o 5 euros por un litro de aceite de oliva en un supermercado. Además, las constantes oscilaciones entre campaña y campaña hacen que los compradores desconfíen de la cotización”, afirma un envasador consultado. Precisamente, la Asociación de Envasadores de Aceite de Oliva publica que las ventas de aceite de oliva bajo su control cayeron de 28.114 a 21.226 toneladas, mientras en el mismo periodo las de girasol pasaron de 19.300 a 25.320 toneladas.

Sin embargo, en el otro lado se encuentran los agricultores y las fábricas de aceite de oliva, que consideran que la amenaza de que el girasol gane terreno suena a “asusta viejas” y recuerdan que cuando el aceite de oliva se pagaba a menos de 1,8 euros por litro encontraron poca ayuda. Por eso, consideran que la caída de la venta del producto en España no es más que un sistema de autorregulación que tiene el propio mercado, que se adapta a la situación especial derivada de esta cosecha. Mientras que Jaén, con poco más de 500.000 toneladas, ha vivido una cosecha media, la producción global de aceite de oliva en el mundo se encuentra muy por debajo de las necesidades de abastecimiento que existen en el mundo, que ha vivido un importante crecimiento en el consumo de esta grasa.

La producción española se encuentra bastante por debajo de lo que se esperaba. Por otro lado, ni Italia, ni Grecia han respondido tampoco a las expectativas, por lo que la disponibilidad de producto resulta muy baja en el mercado internacional, algo que genera un impacto directo en la cotización del producto. Frente a lo sucedido en el mercado interior, las ventas en el exterior han experimentado en el mismo periodo un incremento del 30%, de 304.000 a 411.000 toneladas a pesar de las fuertes subidas de los precios. Esta situación responde, en parte, a las malas cosechas en la casi totalidad de los demás países productores, muy especialmente en Italia, donde la producción fue solo de unas 320.000 toneladas, menos de la mitad de su demanda. De ahí que buena parte de los agricultores jiennenses consideran que el precio se regulará cuando exista cosecha suficiente y se recuperarán los consumidores que optaron por el girasol, simplemente, porque saben que el aceite de oliva se muestra como un producto que resulta mucho más saludable. En cambio, otros —sobre todo del lado industrial, envasador y embotellador— mantienen sus dudas.

la cotización. El Observatorio de Precios en Origen de la Fundación del Olivar (Poolred) revela una tendencia claramente ascendente que hace que el aceite de oliva de la mejor calidad se aproxime a los 4 euros en las operaciones a granel —producto que sale en camiones cisterna—. Ayer se pagaba a 3,90 euros el extra. Sin duda, un precio de ensueño para los que cerraban operaciones. El virgen se vendía a 3,79 euros, mientras que los lampantes costaban 3,75. Esta tensión de precios se refleja en los supermercados, donde pronto parece que será bastante complicado encontrar un virgen extra por menos de 5 euros. Mientras, el mercado ya no piensa en esta cosecha, sino en la que está por venir. Si se mantiene el ritmo de ventas, prácticamente se agotarán las existencias de producto cuando la aceituna esté madura y las cuadrillas preparadas para comenzar la recolección. Pero, si no llueve, volverán a generarse tensiones. De hecho, los olivares esperan precipitaciones durante esta primavera, ya que el cielo, por el momento, ha sido bastante rácano con la lluvia, algo que resulta determinante para contar con una buena producción.