El negocio erótico rompe tabúes y vive sus momentos de “éxtasis”

El 80 por ciento de la clientela que acude a estos locales es femenina

08 feb 2016 / 09:40 H.

La pornografía y los “sex shop” iban, hace algunos años, de la mano. Estaban íntimamente ligados, o al menos así lo creían muchos jiennenses. Entrar a una tienda erótica era causa de “vergüenza” para la mayoría y motivo de “sonrojo” si se adquirían ciertos productos. Mucho más si eran “descubiertos” por algún conocido. Pero las cosas, ahora, han cambiado. Así piensa Ramón Martínez, el dueño de un conocido establecimiento de la capital jiennense, Sensual Moment, que subraya que las llamadas “boutique eróticas” han renovado por completo su imagen, pensando en los momentos íntimos de las parejas, y que estas “han abierto más sus mentes”, por lo que entrar a estos establecimientos ya no supone causa alguna de bochorno.

El sector de los productos eróticos se hizo más fuerte durante la época de crisis y se encuentra, en la actualidad, en pleno auge. De hecho, de acuerdo con un estudio de Dolce Love —conocida cadena de parafarmacias eróticas— el negocio no deja de crecer y, en el último trimestre de 2015, se abrió un 120 por ciento de establecimientos más que el resto del año. Además se prevé que para este año y el que viene se mantenga el crecimiento gracias, en parte, a esa renovación e innovación del sector. Según el análisis de la compañía, entre los motivos que han llevado a este desarrollo destacan los relacionados con los cambios de hábito en el consumidor, la apertura de mentalidad con respecto a estos productos y la desaparición de los tabúes que existían tanto a la hora de hablar de los nuevos “juguetes” en las relaciones sexuales como a la de emplearlos. La profesionalización del sector también resulta primordial. “Los usuarios cada vez piden más servicios de asesoramiento y consulta dentro de la tienda erótica. Evidentemente el producto es fundamental, pero además reclaman recomendación profesional”, señala la directora de Dolce Love, Ángeles Gutiérrez. La moda de las reuniones “tuppersex” también sirven para dar más vida a los negocios eróticos. Según el informe, el 80 por ciento de los hombres y mujeres que acuden a actos de este tipo acaba por realizar compras, que rondan una media de 70 euros.

Por otro lado, la mayor parte de la clientela en este sector es femenina. En la actualidad, cerca del 80 por ciento de las compras que se realizan en tiendas físicas las llevan a cabo mujeres. Así, 6 de cada 10 féminas de entre 20 y 45 años reconocen que han adquirido y utilizado productos eróticos para sus relaciones sexuales, y los más vendidos en el mercado son los vibradores, las bolas chinas y los aceites corporales estimulantes. En cuanto al perfil de la compradora, Dolce Love calcula que se trata de una mujer con un nivel adquisitivo medio-alto. Ellas, indica la cadena, se suelen gastar un 15 por ciento más de media en cada una de las compras y se llevan 2 o más productos. Desembolsan unos 60 euros por visita, y el gasto anual medio de las féminas en este tipo de artículos es cercano a los 500 euros. Además de los “juguetes”, aceites y lencería erótica, se llevan juegos de parejas.

En cuanto a los hombres, solo 2 de cada 10 reconoce utilizar y comprar productos eróticos, y los que los adquieren se decantan por accesorios y “juguetes” como vendas, vibradores y geles de efectos diferentes. Apenas el 5 por ciento de sus compras se destina para DVD eróticos, y son más “recatados” en el gasto, con aproximadamente 40 euros por visita y un gasto medio anual de 285 euros. En su estudio, Dolce Love también destaca la importancia del colectivo gay en el incremento de las cifras de venta de los “sex shop” los últimos años, ya que el 35 por ciento de las compras que se realizaron el pasado ejercicio corresponden a hombres y mujeres homosexuales, que en el 80 por ciento de los casos acuden de manera conjunta a las tiendas, algo que no ocurre con las parejas heterosexuales, que asisten más de forma separada.

Por otro lado, como cualquier comercio, el negocio erótico tiene entre sus fechas “claves” del año el día de San Valentín, cuando muchas parejas aprovechan para hacerse este tipo de regalos. Un consumo que viene muy bien a este mercado, puesto que facturó el año pasado, en España, cerca de 500 millones de euros.

“La tienda se enfoca hacia la relación de pareja”
Ramón Martínez |
Responsable de la boutique erótica Sensual Moments, en Jaén
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Los productos eróticos se venden cada vez más, pero todavía existen muchos tabúes. Así lo afirma Ramón Martínez, responsable de la tienda Sensual Moment, de la calle Álamos de Jaén. “Aunque cada vez hay una mente más abierta, la gente tiene ciertos reparos, por lo general, a la hora de adquirir estos artículos”, señala. También coincide con que la mayoría de la clientela es femenina y en que, aunque hay un amplio abanico de edades, predominan las mujeres de entre treinta y cuarenta años. “Pero tenemos clientas de todas las edades, desde los dieciocho hasta los sesenta y setenta”, afirma. Como en todos los sectores, hay personas que se dejan asesorar aunque, como dice el propietario, hay otras que buscan cosas concretas. “Sobre todo a raíz de la lectura de libros como los de ‘Cincuenta sombras’ y otros títulos de este tipo de literatura, se buscan más cositas sobre el temario que llevan estos libros”, explica, y añade: “Y si se dejan asesorar es en temas de formas, texturas, materiales.... y en tema de juguetería o de cosmética”.

También están muy de moda las reuniones de “tuppersex”. “Aquí tenemos un salón preparado. Se hace una presentación de productos, que se prueban. Lo pasan bien, a veces es más risoterapia que otra cosa, y quienes vienen reciben mucha información sobre los productos y las novedades que tenemos, además de saber cómo utilizar los artículos. El 98% de la clientela sale contenta y, normalmente, compra”, asegura.

Sensual Moment es un negocio con cinco años de vida. “El enfoque de esta tienda es totalmente distinto. Está enfocada hacia la relación de pareja, a los momentos íntimos de cada uno, más que al sexo puro y duro en sí”, expresa Martínez, que resalta que el local abrió en “plena crisis”, pero “mereció la pena”.