“Estamos alerta a los cambios en nuestra sociedad”

Gómez habla del modelo de Universidad y de las condiciones que determinan la definición de retos

16 nov 2018 / 11:41 H.

La gestión del conocimiento es la seña de identidad de la Universidad, explicó Juan Gómez, y según la visión del Plan Estratégico de la UJA, la institución debe aspirar a liderar el cambio social y de transformación de su entorno socioeconómico. “Para cumplir con nuestras misiones, clásicas y nuevas, para formar a ciudadanos y profesionales, debemos tener un equilibrio claro entre ser garantes del conocimiento y útiles a la sociedad”, apuntó el rector.

Además, Gómez Ortega subrayó que para cumplir sus objetivos deben seguir cuatro ejes, que pasan por la orientación hacia las personas (nuestro personal y estudiantes, a través de una institución cercana, participativa, donde el diálogo y la interacción entre colectivos sea lo habitual y natural); hacia la responsabilidad social universitaria, lo que implica que ejerza el liderazgo social (con preocupaciones sociales y laborales de sus empleados y egresados por el medio ambiente y de respeto a los derechos y valores humanos) y la respuesta de las cuentas de su actividad; hacia la innovación, con la capacidad de incorporar procesos y conocimientos que permitan la mejora continua en todos los ámbitos de actividad, y hacia al exterior, desde el entorno más cercano a otras universidades de España y de otros países: “La internacionalización no es una opción, sino una obligación”, manifestó.

Pero todo está sujeto, reconoció, a lo que denominó “condiciones de contorno” y restricciones que determinan la definición de los retos y objetivos realistas. “Por ejemplo, el sistema andaluz de universidades públicas nos define la financiación en gran medida, en torno del 80%, así como las titulaciones que podemos poner y con qué condiciones, el personal que se puede contratar o los planes de infraestructuras, mientras que del español nos afecta la Ley orgánica, los acuerdos que se toman en la conferencia de rectores. Pero también nos encontramos con un incremento de universidades privadas que ha cambiado el escenario, ahora más competitivo y complejo, o influencias mediáticas de algunas universidades”, manifestó.

Eso sin olvidar el cambio en la sociedad. “El primero y quizás más definitivo es la transformación digital y tecnológica, que supone un cambio cultural profundo en la sociedad”, afirmó. A este sumó la evolución del perfil del estudiante, con la pérdida del factor geográfico (por la oferta de cursos semipresenciales y un transporte más asequible); nuevas perspectivas laborales de los estudiantes o el cambio en las formas de relación de estos “nativos digitales”. También habló de la transformación en el perfil laboral, con nuevas demandas de habilidades y empleos a futuro. O el valor que se otorga a los rankings: “Antes nadie hablaba de ellos”, dijo. Sin olvidar la posibilidad de que aparezcan nuevos agentes que oferten modalidades de formación que empiezan a valorar los empleadores. “Se trata de cambios que nos exigen estar alerta a las universidades, porque nos afectan para tomar las decisiones estratégicas oportunas de forma proactiva. Y es importante no olvidar la velocidad de los cambios. Las universidades solemos ser instituciones lentas, pero la sociedad no lo es, y si no se tiene en cuenta ese punto puede ser que cuando tomemos decisiones lleguemos tarde”, aseveró el rector.