Jaén fía a Europa el futuro social y urbanístico de su casco histórico

Pobreza y deterioro del patrimonio como argumentos para lograr fondos de la UE

30 nov 2017 / 08:51 H.

Pudo parecer una exageración la frase del alcalde, Javier Márquez, cuando el pasado mes de mayo aseguró que era “ahora o nunca” para la ciudad. El Ayuntamiento supo, el 22 de mayo, que su proyecto para concurrir a la estrategia Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (DUSI) no obtenía la nota de corte para beneficiarse de una inyección económica de 15 millones de euros, clave para un programa de inversiones que, hasta que comience 2023, quiere emplear más de 18 millones en la capital. La estrategia para los fondos DUSI, ya revisada, fue aprobada por la Corporación, en pleno, el pasado 17 de noviembre. Este documento se basa en un diagnóstico, para nada optimista, que hace que se entiendan bien las palabras del máximo responsable municipal; una radiografía del municipio más grande de la provincia que deja claro que algo hay que hacer, más bien pronto que tarde.

Solo hay que leer. “El conjunto histórico (declarado Bien de Interés Cultural) ha sufrido un intenso proceso sustitutorio”, deja claro el análisis en el que destaca que solo el 13% de las viviendas posee una antigüedad superior a 50 años. ¿Como explicarlo en una urbe con cientos de años de historia? En el siglo pasado, se perdió gran parte de sus edificios más valiosos y, con la apertura del conjunto amurallado, en el XIX, se crea una “barrera” entre el castillo y el resto del casco urbano. La parte antigua, lejos de ser la joya de la corona, se deteriora más y más y da lugar a la actual “degradación de sus valores urbanos y ambientales comprometiendo los mínimos estándares de calidad de vida en una amplia zona”. La capital tiene el triste honor de que cuatro de sus barriadas sean consideradas vulnerables y, salvo El Valle, donde residen unas diez mil personas, en la parte norte, el resto están a los pies del Cerro de Santa Catalina, la ciudad vieja. Allí residen unas 20.000 personas, conforme a los cálculos que se barajan en el “Jaén Hábitat”, el nombre dado a este proyecto transformador, que, para la salvación del patrimonio local, prevé una inversión de 5,6 millones de euros, enmarcada en el plan Jaén refuerza su identidad. Este programa alcanza el límite máximo del 30% previsto en la convocatoria. Podría absorber todo el presupuesto, se deja claro, con la intención de alcanzar el mayor impacto posible en el área y relacionarlo con la dinamización de la economía, mejora del medio ambiente urbano y la cohesión en la ciudad, aunque, como se advierte, el tremendo impacto de la crisis en la ciudad obliga a buscar soluciones al otro gran problema, el social. Este, vinculado al deterioro urbanístico, también golpea con más fuerza al sur del casco urbano. En el tercer trimestre de 2017, la tasa de paro fue del 20,13%, es decir, con 10.143 personas desempleadas, incluidas en los registros de las administraciones, a los que hay que sumar los que ya no está en las estadísticas, muchos más. En cualquier caso, el dato oficial supone un 69% más de paro respecto al 2007, 3,73 puntos por encima de la media nacional.

Para hacer frente a este problema, máximo exponente del desequilibro entre los distintos barrios jiennenses, se quiere poner en marcha el Plan Cohesiona Jaén, dirigido a todo un “pueblo”, dentro de la ciudad, en el que residen inmigrantes, personas con discapacidad, mayores, sobre todo mujeres, y familias vulnerables, con especial peso de las de etnia gitana. Los fondos europeos contemplados para este objetivo están en torno a los 6,5 millones. La propia encuesta ciudadana, que es base de la estrategia con la que se pretende acceder a los fondos que reparte Bruselas, marca este camino. Los jiennenses, según este sondeo, perciben la falta de cohesión social, la desigualdad y la limitación de oportunidades como uno de los grandes problemas urbanos, lo que es lo mismo, demandan a sus gobernantes una ciudad más cohesionada e integradora para las todas las personas que lo precisen. Los propios indicadores de productivas del documento dejan claro que, de aquí a 2023, unas 30.000 personas necesitan beneficiarse de estas medidas.

Si se logra cambiar algo con esta inversión extraordinaria, habrá que revertir unos cambios a peor que comenzaron en el primer tercio del siglo XX y que, en las últimas décadas de la pasada centuria, afectaron al casco histórico que acusó mucho los efectos de la depresión en sus zonas más altas. Planteamientos urbanísticos especulativos, como el de 1971 contribuyeron a esta desestructuración, que, en la práctica, aleja a las personas de los servicio. Al lastre para el futuro local que supone una Jaén vieja desordenada y más pobre que la nueva, la parte norte, hay que añadir el otro gran problema, la contaminación. El análisis de la realidad jiennense, elaborado por personal municipal, también es descarnado en este punto y recuerda que, según el informe de Calidad del Aire 2014 de la Organización Mundial de la Salud, Jaén está entre las ocho ciudades del país más contaminadas por partículas en suspensión. Los desplazamientos en vehículo privado producen el 90% de estos gases. Para lograr revertir esta preocupante situación, el plan Jaén Contamina Menos propone la evolución del modelo de movilidad urbana donde aumente significativamente el peso del transporte público limpio, con la puesta en marcha del tranvía y el objetivo, de aquí a seis años, de lograr que los viajes en transporte urbano sean un millón más que actualmente, hasta llegar a los 7,5. La inversión asociada al plan es de 3,6 millones. Las otras dos patas de la estrategia son el fomento de la eficiencia energética, el empleo y la conversión de la capital en una “smart city”, una ciudad inteligente, gracias a la tecnología.

Una manifestación por el “ninguneo” a los ciudadanos el 17 de diciembre

“Están traicionando a los jiennenses. El pueblo está harto y la gota que ha colmado el vaso es la exclusión de esta capital, y prácticamente toda la provincia, de los fondos europeos ITI (Inversión Territorial Integrada) pese a los dramáticos datos de paro, envejecimiento, despoblación, carencia de infraestructuras y escasa implantación de empresas”, es lo que juzga la plataforma Jaén merece más. El argumento que les lleva a convocar a todos los jiennenses a que salgan “pacíficamente a la calle” para reclamar a todas las administraciones un trato distinto para la provincia. Será el próximo 17 de diciembre, a las 12:00 horas. La manifestación, como la que se celebró en junio, partirá de la estación del ferrocarril. La convocatoria llega apenas una semana después de que, el PSOE, el PP, Ciudadanos, Podemos e IU, se comprometieran, tras una reunión de sus líderes en la Catedral, a poner en marcha proyectos claves para la provincia y tras el anuncio, el viernes pasado, del secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, de que la ITI se destinará a Linares. El alcalde de Jaén, Javier Márquez, anunció que participará en la protesta de Jaén merece más.