Jaén logra unos 700 millones más en una campaña oleícola histórica

Jaén cierra una campaña de venta de aceite de oliva histórica. El Ministerio de Agricultura acaba de publicar los datos de comercialización, que indican que las cooperativas y las almazaras han puesto en el mercado 522.922,44 toneladas de zumo de la aceituna. Se trata de una cantidad realmente sorprendente porque están por encima de las cifras de producción. De hecho, los agricultores jiennenses generaron una producción oleícola de 505.732,13 toneladas. No obstante, los fabricantes prefirieron salir a otros países a comprar “oro líquido” para traerlo a Jaén. De esta manera, llegaron 17.651 toneladas, que valieron para completar la cifra final de comercialización. Y eso que la pasada campaña de venta partió con 78.338 toneladas en las bodegas —sobrantes del año anterior—, que se prefirieron no emplear. De hecho, ahora hay almacenadas 78.798, lo que demuestra unos patrones muy parecidos a la hora de elegir la estrategia de comercialización.

Hace unos días, Asaja Jaén indicaba que el precio medio de comercialización de esta campaña oleícola se había movido entre 3,60 y 3,65 euros por kilo. Si se toma este valor como referencia y se multiplica por las 522.922,44 toneladas comercializadas, Jaén obtiene una cifra histórica gracias a la venta de su “oro líquido”. Concretamente, han venido 1.908 millones de euros, lo que representa alrededor de 700 más de lo que solía ser habitual. Además, también hay que añadir a esta cantidad los alrededor de 310 millones de euros que se reciben en concepto de incentivos directos a los agricultores por parte de la Unión Europea. Si se toma la misma cifra de cosecha, que sí se puede ver como un referente de producción medio, pero se multiplica por 2,3 euros por kilo —un precio habitual en los últimos años—, los ingresos habrían sido de 1.202 millones de euros. Sin embargo, los agricultores jiennenses se han encontrado con un escenario muy favorable de precios.

Por un lado, el “mar de olivos” jiennense ha tenido una cosecha estable, que ha contrastado con lo que ocurrió en el resto de países productores del mundo, que vieron cómo sus producciones se les venían abajo. El consumo internacional se mantiene firme, lo que valió para que Jaén —y España— fuera aún más la gran lonja del aceite, que se mantuvo con una cotización muy elevada.