La sequía hará que los olivareros pierdan unos 456 millones de euros

UPA cree que la falta de lluvia ha arruinado el 25% de la cosecha de aceituna

17 oct 2017 / 10:29 H.

Los agricultores se preparan para recibir un duro golpe. Cuando los precios del aceite de oliva son buenos, se van a topar con unas pérdidas considerables a causa de la falta de precipitaciones. Y lo peor es que no perderán de una manera uniforme —por hectáreas o por producción—, sino que dejarán de recibir dinero en función de la finca que tengan. Los grandes latifundios —con riego y mecanización— casi ni lo notarán y mantendrán una cifra de cosecha aceptable. En cambio, las parcelas de secano de los pequeñas agricultores sufrirán un importante revés.

El secretario de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Cristóbal Cano, no duda en asegurar que se trata de una campaña complicada para el olivar derivada de la sequía. “Esta estimación es a día 16 de octubre —ayer—, pero, si no llueve, la situación se agravará”, dijo en una comparecencia junto con el secretario de Organización, Elio Sánchez, para solicitar medidas extraordinarias para el campo. UPA afirma que, si no se deja regar hasta noviembre, habrá un importante desplome en la producción.

“El último año hidrológico se ha cerrado con menos de 400 litros por metro cuadrado en toda la provincia. Si no fuese por el 40% de superficie de olivar que está en regadío, y que será el colchón que sostendrá esta campaña, estaríamos hablando de una situación catastrófica, en la que cuantificamos las pérdidas en un 25% con respecto a la pasada campaña. Disminución al día de hoy, porque si la ausencia de lluvias se prolonga durante este mes de octubre y noviembre la pérdida será mayor. En el mejor de los otoños estamos seguros de que no vamos a llegar a las cifras de la pasada campaña y que cada día que no llueve se reduce la producción”, afirma Cristóbal Cano. Si se tiene en cuenta que la pasada cosecha fue de 505.000 toneladas, una caída del 25% puede hacer que se pierdan 126.000. Si se multiplica por el precio medio, que se mueve entre los 3,60 y los 3,65 euros por kilo, la pérdida es considerable. Concretamente, de 456 millones de euros.

Ante de esta situación, los agricultores reclaman la ampliación del riego hasta el 31 de octubre, porque hay comunidades de regantes que no han consumido la dotación que tienen asignada y porque no se ha desembalsado la totalidad de la cantidad fijada, 1.200 hectómetros cúbicos, quedando pendiente sin aprovechar entre 100 y 200. “El olivar es el cultivo que más aprovecha el regadío y con menos dotación por hectárea se tiene el máximo rendimiento, ya que son regadíos sostenibles y modernos que apuestan por el ahorro”, recuerda el secretario general de UPA Jaén.

Precisamente, esta organización agraria insiste en la necesidad de poner en marcha la Presa de Siles, ya que se trata de una infraestructuras que está hecha y que se tiene que rentabilidad. En cuanto al río Guadalbullón, el secretario de Organización, Elio Sánchez, denuncia que desde el 30 de septiembre no se ha convocado la Mesa, lo que hace que, después de un verano “más o menos operativo, aunque las comunidades con concesiones no han podido regar ni cuatro días”, en la actualidad “no haya turnos y solo coja agua el que le pase por delante”. “A finales de septiembre la Mesa dejó de funcionar. Las organizaciones que formamos parte de ella solicitamos que continúe porque en este río hay que racionar el poco agua que baja hasta que llueva. Y eso se hace con turnos. El problema es que hay comunidades de regantes con concesión que no pueden regar y que puede ser que pierdan hasta un 60% de su cosecha por no darle los últimos riegos. Requerimos a la CHG, y así se lo hemos planteado por escrito, que tutele el uso racional y eficiente del agua. Lo permite la Ley de Aguas y por eso se tiene que continuar con la Mesa del Guadalbullón y dotarla de medios, porque llevamos todo el verano sin guardería, con lo que se están incumpliendo los turnos”, concluye Elio Sánchez.

En el mundo. Por otro lado, el último aforo internacional, elaborado por los investigadores Juan Vilar y Jorge Pereira estima 2.707.560 toneladas de aceite de oliva. Dentro de estos datos las mayores producciones, por orden, corresponden a España (1.150.000 toneladas), Grecia (260.000 toneladas), Túnez (250.000 toneladas), Italia (250.000 toneladas), y Turquía (190.000 toneladas). Por lo tanto, si la meteorología lo permite la campaña actual sería muy similar a la anterior, en datos nominales, y si las preciadas precipitaciones lo permiten, 2%, por encima de la pasada como máximo, que fue de 2.654.337 toneladas. La producción media de aceite por hectárea cultivada sería de 240 kilogramos, similar al resultado obtenido para la campaña pasada, y más del 16% inferior a la campaña 2015/2016. Además, señala que los precios, tendrán una tendencia sólida y estable oscilando entre los 3,3 y los 3,8 euros, dependiendo de la producción final, y de la evolución de la demanda, dicha tendencia se mantendría hasta la próxima primavera. Asimismo, las perspectivas de cosecha indican que el consumo en España continuará a la baja, por lo que las empresas jiennenses tendrán que estar preparadas para exportar.

Un estudio sobre la competitividad de las aceiteras, Premio de Investigación Agraria
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El Instituto de Estudios Giennenses (IEG) de la Diputación Provincial entregó el Premio de Investigación Agraria y Medioambiental 2017 a Francisco Sánchez, de Jaén. Ensalzó un trabajo que analiza los factores que afectan a la competitividad de la industria agroalimentaria de Andalucía, en especial, de las almazaras. Francisco Sánchez recibió este galardón, dotado con 3.500 euros y la publicación del trabajo ganador, de manos del diputado de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Pedro Bruno, y del diputado de Cultura y Deportes, Juan Ángel Pérez, y en presencia de la consejera directora del IEG, Adela Tarifa.

El tamaño de las almazaras, el lugar en el que se ubican o los procesos de innovación llevados a cabo por estas empresas oleícolas son algunos de los aspectos que se recogen en la investigación premiada este año por el IEG y realizada por Francisco Sánchez, que es ingeniero agrónomo y en la actualidad dirige el Centro “Venta del Llano” del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) ubicado en el Parque Científico-Tecnológico Geolit. Precisamente, el sector de la fabricación de aceite de oliva se encuentra en un proceso de constante evolución que busca dar pasos hacia la calidad del producto y la competitividad. De hecho, existen algunos estudios —en poder de las propias fábricas— que indican que parte de los beneficios de los productores se van en el proceso industrial, por lo que recomiendan incrementar el volumen de cosecha para que el proceso de molturación de la aceituna sea rentable por sí solo y no necesite de apoyo externo.