Listas de espera para formar parte del movimiento escultista

Más de doscientas personas son miembros de los Scout de la provincia

23 abr 2017 / 11:17 H.

La naturaleza y la educación, aunados para el crecimiento en valores de los niños. Es la idea principal de los Scout Andalucía —que no se deben confundir con los Scout Católicos— que inculcan a sus jóvenes miembros, un número que va en aumento cada año, según el coordinador del grupo San Juan Bosco de Jaén, Víctor Mesa. “Ahora se apunta mucha gente, en especial niños”, dice, y añade: “El interés ha crecido con el tiempo, incluso tenemos listas de espera para entrar”. De hecho, el tiempo programado para adentrarse en el escultismo depende de los niños que ya forman parte, “si se van o se mudan de ciudad, o si entran en la Universidad”, lo cual facilita la creación de una plaza libre, que puede tardar en surgir de cuatro meses a un año, “según la situación”, comenta Mesa. Actualmente hay unos cien miembros en la capital del Santo Reino, y algo más de doscientos en la provincia. Son cuatro grupos los que están activos, en estos momentos, en el mar de olivos.

El año académico dentro del escultismo se denomina “ronda solar” y abarca los meses de octubre a agosto. El coordinador de Jaén explica cómo se juntan semanalmente y organizan numerosas actividades. “Algunas reuniones pueden durar hasta tres horas, depende de cada equipo de monitores”, apunta. Mesa tiene a su cargo treinta alumnos: “He llegado a tener a cuarenta”, y cada plan está pensado para ellos. “Queremos que disfruten, es lo primordial para nosotros”, afirma.

Los campamentos son el punto clave de encuentro y la base de la asociación. Se organizan en fechas navideñas, Semana Santa y en los meses de verano. “Es una actividad ligada a las de los fines de semana, donde se planean rutas y juegos para los jóvenes”. Las edades que abarcan varían desde los ocho años hasta los veintiuno y, según confirma Mesa, son varios los miembros que “retornan” para que sus hijos participen en las actividades y colaboran.

“El escultismo es una educación en valores y la vida en la naturaleza”, asegura el coordinador jiennense. La ecología y la conservación del medio ambiente, así como el trabajo voluntariado son eje fundamental. “Se trabaja personalmente en los aspectos individuales de los chavales con contenido educativo que abarca todas las áreas, desde saber alimentarse correctamente hasta hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías”.

COMUNIDAD. Scouts de Andalucía está presente en las ocho provincias que componen la comunidad autónoma, y agrupa a unos cinco mil miembros pertenecientes a mas de sesenta grupos repartidos por todo el territorio andaluz. Los scouts forman parte de un movimiento educativo presente en todo el mundo y en el que interactúan más de treinta millones de niños, jóvenes y adultos que comparten “un mismo sistema de valores positivos para la sociedad y el deseo de construir un mundo mejor”.

Padres que regresan a la asociación por sus hijos

José Miguel Gutiérrez es un antiguo scout de Jaén que “nunca” ha dejado de forman parte de la asociación. Afirma que siempre ha estado implicado con la labor y los valores que se enseñan en el escultismo. Así como hay miembros que prosiguen con su participación en la asociación después de terminar la formación, también son varios los progenitores que se “reenganchan” años después de haber finalizado esa etapa de su vida, ya sea porque algún miembro de su familia se une a la asociación o por voluntad propia. “Participamos a nivel de organización, gestión y logística”, explica Gutiérrez. Su labor principal es montar la infraestrucutura de los actos que se elaboran a través de los grupos y “echar una mano en todo lo posible”.

Daniel Ortega también es uno de los padres que colabora de forma activa con los Scout de Jaén. “Terminé la formación y después hice mi vida, pero en cuanto pude traje a mis hijos”, explica. Ortega considera que tener descendencia le ha dado la oportunidad de retomar la actividad dentro de los scout. “Lo más importante para nosotros es la ilusión de los niños”, comenta. Por ello insiste en la relevancia de su trabajo “en la sombra”. “Los niños solo deben preocuparse de disfrutar y pasarlo bien, que aprovechen cada momento”, afirma, y añade: “Que los monitores se centren en la educación de sus alumnos sin tener que pensar en el entorno”.

Tanto Gutiérrez como Ortega representan al grupo de padres que colaboran especialmente durante las acampadas o las diversas actividades de la asociación scout. Apoyan con la instalación y el montaje de la infraestructura y la obtención de los permisos legales necesarios para poder acampar “con tranquilidad”. “Lo hemos vivido desde dentro, sabemos cómo funciona y tenemos más experiencia”, recuerda Daniel Ortega.