Los comedores sociales acogen cada vez a menos temporeros

“Santa Clara” y “Belén y San Roque” reparten más de 35.000 comidas

24 dic 2017 / 11:14 H.

Un plato caliente, compañía y un poco de conversación. A veces la dignidad humana se esconde en detalles en apariencia tan insignificantes como estos. Es la reflexión que comparte el director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro. A menos de una semana de terminar el año, explica que el funcionamiento de los comedores sociales de la capital es “muy bueno”, según la regularidad prevista. En esta época del año la asistencia se dispara, por la llegada de los temporeros para la campaña de la recogida de la aceituna. Sin embargo, desde hace unos años han visto cómo la cantidad de personas extranjeras que atienden se ha reducido drásticamente. “Ya no se producen esos números de 2001, 2002 y 2003, que se llegó a cifras de 10.000 personas, ahora nos encontramos con la mitad, 5.000 o 6.000”, resalta el responsable de Cáritas. “Cada vez viene menos gente de fuera”.

Son varias las razones que achacan a esta caída. La información que reciben en los países de origen es mayor, por lo que saben de antemano si la campaña será buena o mala, y para muchos es la clave para tomar la decisión de si merece la pena hacer el viaje. Tal como explica Rafael López-Sidro, la sequía y las campañas institucionales que intentan “contener” la llegada de extranjeros que detallan las pocas posibilidades de encontrar trabajo “funcionan” a la hora de disuadirlos.

Pero son ya muchos los que se encuentran en el mar de olivos. En el Centro de Día de Santa Clara, en pleno corazón de la ciudad, no solo cubren las necesidades alimenticias, también ofrecen una ducha, limpiar la ropa o un corte de pelo. También organizan talleres y charlas donde encontrar apoyo, así como asesoramiento legal o fiscal y poder salir de las calles. “Todo es mejorable”, cuenta López-Sidro, y recalca la generosidad de los jiennenses. “Ha aumentado el número de donaciones y voluntarios”. En dos años, desde su apertura, el centro ha acogido no solo a usuarios, también a personas dispuestas a echar una mano. “Ahora tenemos a 74 voluntarios en el comedor, es la cifra más alta que cualquier otro centro de Cáritas en la provincia”, asegura López-Sidro, y añade: “Es un claro síntoma de la gran acogida que ha tenido el centro desde el momento que abrió sus puertas, por lo que estamos muy contentos con este proyecto ilusionante”. En números, “Santa Clara” ha atendido a 591 personas; de ellas, se han beneficiado del servicio de higiene 335 y se han repartido 23.584 comidas, entre desayuno, almuerzo y cena a lo largo de 11 meses. Por su parte, en “Belén y San Roque” los beneficiados con la atención han sido 301, y se sirvieron 12.832 comidas.

Aunque la campaña de la aceituna “infla” los datos, el resto del año, “lamentablemente”, los números son estables. Son unas 40 personas las que atienden a diario. “Cambian las caras, no el total”, declara el responsable de Cáritas. Por ello, su labor prosigue a lo largo de todo el año y las necesidades, continúan. Una de las peticiones que hacen desde el colectivo es la instalación de camas en “Santa Clara”. “Disponemos del sitio para unas 40 o 50, pero habría que hacer una reforma”, comenta López-Sidro. Con esa idea buscan ofrecen un servicio más completo a los que acuden a ellos, ya sea de forma puntual o más a menudo. “Nuestro objetivo es llegar a la realidad de cada una de las personas que está viviendo en la calle”.

Unas 40 personas viven en
las calles

Por desgracia, los de siempre siguen aquí”, subraya Rafael López-Sidro, responsable de Cáritas de Jaén. Según los datos recopilados en el colectivo, son entre treinta y cuarenta las personas que viven sin hogar en las calles de la capital. La organización cuenta con un grupo de voluntarios que recorre las vías de la ciudad por las noches. “Van a donde duermen y hablan con ellos, les dan café y les preguntan qué necesitan, también se les intenta convencer para que acudan al centro de día, pero es más complicado de lo que parece”, cuenta Rafael López-Sidro, pero añade que no desisten en sus intentos por acercarse a ellos. Pueden incluso estar meses hablando con ellos para que acepten acudir al centro y reciban ayuda. “Mientras tanto, están dando vueltas por la ciudad, ellos saben dónde estamos y que pueden acudir a nosotros siempre”.

Servicio
de comidas
a domicilio para familias

Desde Cáritas Diocesana de Jaén, en el Comedor Social de Belén y San Roque realizan un servicio especial para las familias en el que pueden acudir al lugar a recoger el almuerzo y llevarlo a su propia casa. Hace dos años que se implantó y desde el colectivo se muestran muy satisfechos con sus resultados. Ahora quieren dar un paso más y que reciban los platos preparados directamente en la puerta de su hogar. Según Rafael
López-Sidro, es una forma de que aquellos a los que les pueda dar vergüenza ir a pedir al comedor social atajen el inconveniente de esta forma. “Nadie tiene por qué saber si una familia recibe ayuda de Cáritas o no, y de esta manera se puede conservar su dignidad y privacidad”. Hasta ahora son más de cien las familias que acuden a “Belén y San Roque” para recoger la comida y que se verían beneficiadas por el nuevo servicio, para el que faltan recursos e inversión.