Monitores escolares exigen unas condiciones “más dignas”
El colectivo denuncia que son los trabajadores de la Junta más “precarios”
Los monitores escolares se ponen en pie de guerra y denuncian su “precaria” situación laboral. Reclaman unas jornadas “normales”, es decir, con un horario que permita un salario “digno” y con unas condiciones “aceptables” pues, afirman, son los trabajadores de la Junta de Andalucía con los contratos de menor cantidad horaria, lo cual repercute negativamente en su nómina. La secretaria general del Sindicato Provincial de Enseñanza de CC OO en Jaén, Noemí Montilla, explica que habitualmente se encuentran con casos de jornadas de ocho, doce y hasta veinte horas semanales “como máximo”. “Es una vergüenza que los 427 monitores escolares de Andalucía, incluidos en una categoría laboral diferente al resto de trabajadores de la comunidad autónoma, tengan unas características tan diferentes de otros empleados”, destaca Montilla, y muestra su descontento con que tengan “temporadas de contratación”, pues en julio y agosto, tal como subraya, son despedidos para volver a contar con ellos en septiembre, en pleno inicio del curso escolar. Son unos meses en los que deben recurrir a las ayudas para el desempleo o a alguna otra alternativa laboral para continuar recibiendo ingresos en su hogar. “¿Cuántos casos así se conocen de gente de la Junta?”, pregunta con intención Montilla. “Es indignante”. La limitación horaria también afecta al salario, pues a menos horas, pagas inferiores, con sueldos que ronda entre los trescientos y quinientos euros, relatan desde el sindicato.
El monitor escolar reafirmó su figura gracias a una sentencia judicial de 2013, donde quedó demostrado que la Consejería de Educación había recurrido al ente público de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE) para “suplir las deficiencias de personal de los colegios en asuntos burocráticos y administrativos” con una oferta del servicio y subcontratando profesionales a través de empresas de trabajo temporal (ETT). En la provincia actualmente son 47, en el que la mayoría, más del 80 por ciento, es femenina. En concreto, 40 son mujeres y 7 hombres.
“La administración pública debe hacer un llamamiento y contratar a más trabajadores, pues hacen falta”, resalta Montilla. Ahora mismo el sector se encuentra en uno de los momentos de mayor vorágine, con las preinscripciones en los centros escolares. Su tarea consiste en el apoyo administrativo del equipo directivo y en marzo son la “pieza fundamental”; y en junio son los pies y manos del centro para realizar las matriculaciones. Pero a causa de sus horarios, solo pueden permanecer en su puesto en uno de los colegios un tiempo limitado. Por ejemplo, con un contrato de ocho horas, la persona estaría disponible para realizar sus tareas de lunes a jueves de 9 a 11 de la mañana, pero el resto del día no podrían ofrecer servicio. Desde Comisiones Obreras se cuestionan la efectividad de dichos contratos, en las que solo sirven para atender a los familiares de los niños o a cualquier persona que quiera plantear sus dudas durante unas “escasísimas horas”. Todo ello también afecta, por lo tanto, a la calidad que otorga el servicio. Montilla recuerda que, precisamente en estas fechas, es cuando más inquietudes presentan los padres en los centros a los que tienen interés de ingresar a sus hijos, para lo cual los monitores escolares son una fuente de información y tranquilidad. Pero a causa de su breve jornada se encuentran sin poder ser atendidos con la rapidez y profundidad que necesitarían, según destaca Montilla. “Es normal que los padres quieran más información al respecto y, en cambio, se encuentran con un sitio vacío, con la ausencia de personal”, denuncia, y añade: “Si desde la Junta no están incluyendo a más personas en el sector es porque no les interesa y porque les sale más económico dejar la situación tal como está ahora, con las mismas condiciones y características”.
De los 47 monitores escolares, 31 de ellos comparten centros en la provincia, para los que se dividen en dos y hasta tres colegios diferentes. Todos ellos repartidos en la provincia. Montilla hace hincapié en que hay trabajadores que recorren —con gasolina “pagada de su bolsillo”— entre 20 y 30 kilómetros, “o más”, de un centro educativo a otro, varias veces al día, cuando “hay trabajo de sobra en un punto para una persona a una jornada razonable”.
Tanto el colectivo afectado como el sindicato piden a la Consejería de Educación que “revierta el empleo en uno de calidad”, que “abogue por el sector” y que demuestre “voluntad política”.
protestaS. El colectivo de monitores escolares de la provincia lleva años con las reivindicaciones para lograr “unas jornadas dignas”. En tiempos anteriores organizaron caceroladas a las puertas de la Delegación de Educación, repartieron polvorones o recogieron firmas para “hacerse oír”.