Munuera Montero, el jiennense que arbitró en la soledad del Camp Nou

“Ha sido un partido muy atípico, muy raro, pero afortunadamente salió bien”

02 oct 2017 / 10:50 H.

La imagen, sin duda, ha dado la vuelta al mundo. Las gradas vacías y mudas del siempre bullicioso Camp Nou quedará como una de las fotografías más simbólicas del 1 de octubre. El partido entre el Fútbol Club Barcelona y la Unión Deportiva Las Palmas quedó en un segundo plano, más allá de los tres puntos que consiguió el conjunto de Valverde tras ganar tres a cero, con otra actuación estelar del argentino Messi. Sin embargo, los caprichos del calendario quisieron que el jiennense José Luis Munuera Montero fuera el árbitro de una contienda que pasará a la historia: “Como habréis visto, ha sido un encuentro muy atípico, muy raro, pero afortunadamente salió bien”, asegura el colegiado de 34 años. Es lo único que dice este jiennense sobre un partido que recordará siempre. El Comité Técnico de Árbitros les prohíbe expresamente hacer cualquier tipo de comentario al respecto: “Prefiero no hablar. Me quedo con que todo ha salido bien”, reitera.

La jornada se vivió con mucha intensidad en Barcelona. La cita, claramente, trascendía el ámbito deportivo. A primera hora de la mañana, se supo que la Liga de Fútbol Profesional había autorizado a Las Palmas para que sus jugadores lucieran una camiseta con la bandera de España. Después, se conoció que la directiva del Barcelona, que había mostrado públicamente su apoyo al referéndum ilegal, suspendía la tradicional comida entre presidentes. Para la hora del almuerzo, convocaron una reunión de urgencia en el Camp Nou. Para entonces, el árbitro jiennense y sus auxiliares ya estaban en el coliseo blaugrana, preparándose para saltar al campo. Los responsables del club catalán pidieron a la Liga el aplazamiento del partido “por las circunstancias excepcionales que se vivían en Cataluña”. Ajeno a todo el lío, Munuera Montero esperaba instrucciones. Finalmente, la petición del Barcelona fue denegada, por lo que, a última hora, la directiva decidió que el encuentro se jugara a puerta cerrada. Una situación insólita en el fútbol español.

A la hora señalada, las cuatro y cuarto de la tarde, el cuarteto arbitral pisó el césped, junto a los onces iniciales de los dos equipos. Fue la hora del fútbol ante un graderío en el que no había, prácticamente, nadie. Tan solo las familias de los jugadores y algunos empleados del club. “Fue muy raro ver el campo así”, sostiene Munuera Montero.

El colegiado jiennense, que cumple su segunda temporada en Primera, trató de que el juego se desarrollara con normalidad. Fiel a su estilo dialogante, durante el partido se le vio hablar en varias ocasiones con los jugadores. Mostró seis tarjetas amarillas (cinco a jugadores del Barcelona) y señalizó veinte faltas. Entre los amonestados estuvo Piqué, otro de los grandes protagonistas de la jornada. Por la mañana, fue a votar. Tras el encuentro, el central compareció ante la Prensa y, entre lágrimas, reiteró su compromiso con la Selección. “Si soy un problema, me marcho”, dijo. Para entonces, Munuera ya estaba de vuelta a casa tras un partido que no olvidará.