“Nos unimos para mejorar la vida de la gente. No hay más”

El líder de IU apuesta por el cambio de modelo productivo y el blindaje de los servicios públicos

20 jun 2018 / 09:03 H.

Ni los idiomas, ni la política llegan nunca a dominarse. Es un aprendizaje permanente. Con esta idea, el líder de Izquierda Unida en Andalucía replicó a la “generosa” presentación, como la definió, que hizo de él la redactora jefa del periódico, Manuela Rosa Jaenes, que giró entorno a su perfil de “señor de idiomas” al que divierte traducir a Platón, con un carácter dialogante y honesto. Y, precisamente estas dos últimas características son eje fundamental del proyecto que presentó junto con Teresa Rodríguez en la Sala 75 Aniversario. En exactamente 25 minutos desentrañó las propuestas de la confluencia Adelante Andalucía y empezó y terminó con la misma idea: unidad con el único horizonte de mejorar la vida de la gente.

Y así defendió esta primera tesis: “La unidad para mejorar la vida de la gente. No nos unimos para ser más. Lo hacemos con un objetivo, el de hacer política para mejorar la vida de la gente. No hay otro”. Y el modelo que plantean para Andalucía y su éxito, como reconoció, tiene mucho que ver con el impulso popular y el respaldo de colectivos, de personas que “no tienen que ser ni de Podemos ni de Izquierda Unida”, sino “activistas a título individual”, que vean en la confluencia un instrumento para volcar lo mejor de sí mismos para crear un programa de gobierno que cree una Andalucía en la que soplen vientos de cambio, para construir un nuevo modelo social, económico y de hasta de cambio de paradigma cultural. “Unidos para una fuerza del cambio en una provincia como Jaén, en la que asistimos a un diagnóstico preocupante. Pero este no debe instalarnos en la melancolía. Sí debemos realizarlo para forjar un diagnóstico certero, para proyectar las prioridades políticas”, aseguró. En este sentido, se detuvo en el análisis de la despoblación. “En teoría no hay despoblación, sí reordenación, migraciones dentro de las zonas de Andalucía hacía las zonas costeras y de las zonas rurales a grandes ciudades. Jaén y Córdoba son víctimas de las dos coordenadas negativas, del éxodo rural y el urbano”, explicó Maíllo.

Y en esa perspectiva, detalló, existen dos “elementos de debilidad”. Al primero que puso nombre fue el monocultivo. “Un aceite que todavía no configura — aunque ya haya experiencias de desarrollo integral del proceso, con el que se queda valor añadido en la provincia—, una red de cooperativismo de segundo grado, en el que se asuma la especialización en calidad y se evite la transferencia al exterior con la venta a granel”, resaltó como claves para fortalecer el sector. Y la segunda, la apuesta por regenerar la industria en torno la nacional IV “frente a la resignación”. “Se intentó configurar un cambio de paradigma productivo que siempre nos pareció un error y era dirigir los esfuerzos hacia una economía de servicios y centros comerciales como se apostó en Linares”, explicó. Y añadió firmemente: “Eso no sustituye el poderío industrial”. “Tenemos un bagaje, un asentamiento de trabajadores con formación y una red con base suficiente que permita reindustrializar una zona privilegiada geográficamente, como es Linares, nudo entre Madrid y Valencia y el resto de Andalucía”, resaltó. Es posible, dijo, y más después de que la “vivacidad de la sociedad jiennense” ha desmentido ese “tópico de resignación”, en referencia a los movimientos surgidos como “Todos a una por Linares”.

Su propuesta política, defendió Maíllo, se presenta frente a la triada del Gobierno andaluz: “propaganda, quejío e incompetencia”. “Es cada vez un Gobierno más virtual, basados en anuncios de una Andalucía que no supera las pruebas de contraste. Asistimos a la obsesión de Díaz por lanzar mensajes de su gestión que se diluyen como azucarillos cuando cualquiera los contrasta con su propia realidad”, destacó. La objetividad de un mercado laboral que, como apuntó, se caracteriza por las contrataciones temporales. “En Jaén, el 39,1% de los trabajadores tienen menos de 327 euros al mes, la mitad del salario mínimo interprofesional. Una realidad en el que el nombre del parado es de mujer menor de 30 años”, ejemplificó. Y añadió: “No hay una política audaz que defina estrategias a largo plazo, que concentre recursos y blinde políticas. Hablamos de propaganda de un Servicio Andaluz de Empleo que no cumple objetivos”.

“Es una Andalucía de quejío ante el Gobierno central. Es verdad que este no mira a Andalucía, no atiende las prioridades. El quejío está muy bien para el flamenco pero no para una presidenta de la Junta. Está para asumir una posición mucho más responsable y menos frívola de alguien que representa a un partido que ha gobernado ininterrumpidamente durante más de treinta años”, aseguró. Y planteó: “¿Qué va a pasar ahora con el cambio de Gobierno en Madrid? ¿Ya no habrá problemas en Madrid por la lealtad partidista?”

“La incompetencia se ejemplifica en la capacidad de ejecutar las políticas que ellos mismos aprueban. Además de que no asumen nunca ninguna iniciativa desde fuera de su gobierno, a pesar de que pierdan oportunidades como blindar el 5% del PIB para la educación pública”, resaltó. Y sumó otro ejemplo de esta ineficacia: “Hemos soportado, en esa propaganda, tres meses machacando a Podemos e IU con que nos oponíamos a la renta mínima porque nos oponíamos a los presupuestos. Esa renta mínima entró en vigor el 1 de enero y seis meses después, miles de personas que la solicitaron no han recibido respuesta ni esa renta. Hablamos de gente que no tiene ni un ingreso”.

“Frente a esa triada hay un proyecto agotado, que no tiene más visión estratégica que mantenerse en el poder bajo la envolvente estabilidad, palabra en la que coincidía Díaz con Rajoy. Esta no es el número de días que un gobierno se mantiene en el poder, es la definición de una sociedad cohesionada socialmente”, defendió. Y desde ese punto de vista, dijo, Andalucía es “inestable, desigual, precaria y con una profunda brecha de género”. “Lo llaman estabilidad a lo que es conservadurismo”, añadió. Y ante esto, la posición de Adelante Andalucía: “Queremos que nuestra tierra forme parte de esa bandera de cambio y esa no la puede ejercitar la derecha política y económica. Susana Díaz no solo representa el ala más derechista de su partido, sino también Ciudadanos”. Definió al partido que lidera Marín como “antiandaluz” y lo acusó de llegar para “cargarse el sistema fiscal”: “Plantea el individualismo en una comunidad que tiene y presume de una visión comunitaria del cuidado. No puede ser alternativa quienes van en contra el bagaje andaluz”.

Ante este mapa, explicó que entre Izquierda Unida y Podemos existe una empatía en un momento de “responsabilidad histórica”: “Nos toca unir fuerzas para ofrecer nuestras organizaciones como instrumento a la gente, que la identifiquen como un proyecto que mire a Andalucía y a la mayoría social”. “El 86% de nuestra militancia ha aprobado el acuerdo porque entiende que mira a la gente, que le dice a los ciudadanos que quieren un cambio que se sumen para aportar lo mejor de si mismos”, reconoció.

Y este proyecto de gobierno, enumeró Maíllo, tiene “tres primicias”: “Primero, un cambio de modelo productivo que sustituya la cultura de una subvención por una transferencia que dé autonomía a las ayudas públicas, para que sirvan de pista de despegue a la actividad económica. Segundo, el blindaje de servicios públicos en una Andalucía que cuida y solo puede seguir haciéndolo si blinda los mínimos de inversión —estos los cuantifica en un 5, 7 y 2% del PIB para Educación, Sanidad y Servicios Sociales— y un tercero, la transparencia y la gran reforma pendiente de la administración andaluza. No puede demorarse más”. “Cuando se habla de Andalucía Adelante, hablamos de futuro. Somos la fuerza del viento de cambio; Díaz no lo es”, aseguró, para explicar que ella “ha equivocado todas sus apuestas”: “Despreció al actual presidente del Gobierno; ha establecido lazos implícitos con Rajoy entorno al concepto de estabilidad y se ha situado siempre en las tendencias más conservadoras, se ha sentido agusto con Ciudadanos”.

Finalmente, Maíllo habló de su nueva compañera de camino, de Teresa Rodríguez, una “mujer poderosa” con la fuerza de esas “andaluzas del matriarcado”, “una de las imprescindibles” y resaltó que es “profundamente honesta”. “Más allá de las coincidencias políticas, existe pluralidad. Son ríos que se incorporan a otro mucho más grande, como el Guadalquivir”, ejemplificó. Estamos en lo que estamos y no en las introspecciones de los partidos. Los debates políticos no tienen nada que ver con la preocupación de la gente, que ve como se deshilachan sus derechos”, aseguró. Y concluyó: “Será un orgullo compartir esta aventura con los miles de activistas de las formaciones y la gente que va en serio, que va con ganas de cambio y de mejorar la vida de la gente”.