Rezos y la Policía Nacional “por un espíritu” en Linares
Tres mujeres vivieron un extraño suceso que tuvo transcendencia nacional
La última vez que algo parecido a un exorcismo tuvo trascendencia en la provincia fue en 1994, aunque como se deja claro a este periódico, no fue un rito de este tipo como tal, sino que el sacerdote que intervino acudió a una vivienda de Linares para rezar ante los raros sucesos que se habían dado, con la intención de descubrir realmente que pasaba y alertado por los vecinos.
Todo ocurrió cuando lo que se identificó como un espíritu, según los testimonios recogidos, debió hacer acto de presencia en un piso de un céntrico residencial de la ciudad. Dos mujeres y una menor se “atrevieron” a participar en una sesión de ouija y ahí comenzó todo. Este tipo de experiencias permite, según se afirma, entrar en contacto con los seres fallecidos y, en esta ocasión, según recogen algunas crónicas periodísticas de la época y sostienen vecinos, las tres linarenses tuvieron éxito. Si se atiende a las explicaciones sobre el funcionamiento de este sistema, las tres “iniciadas” lograron comunicarse por medio de una fuerza que guiaba sus manos por el tablero de la ouija con el espíritu de un niño, que les “explicó” que su nombre era Agustín, curiosamente, uno de los nombres típicos de Linares, por ser San Agustín su patrón. A partir de ahí, el miedo entró en escena. Las mujeres asistieron a fenómenos como el movimiento de los cuadros colgados en la pared o de los radiadores. La situación les alarmó, hasta tal punto, que llegaron a avisar a la Policía Nacional que se personó en el lugar de los hechos. Responsables del Cuerpo en la ciudad explicaron a este periódico que algunos de los funcionarios que intervinieron en esa ocasión no dieron crédito al observar la escena que, por otro lado, no supieron a que atribuir ya que, incluso, un agente trató de buscar hilos o algún otro sistema que pudiera hacer que los cuadros y otros objetos se movieran a distancia. Tras la inspección en el lugar de los hechos, una de las mujeres participantes en la sesión de ouija fue conducida a la Comisaría, donde también se repitieron los fenómenos paranormales, para prestar declaración sobre lo sucedido y levantar la correspondiente acta oficial sobre este suceso.
Lo ocurrido, cobró tanta notoriedad que, incluso, tuvo su espacio en la televisión en la televisión de la España de mediados de la época de los 90 del siglo pasado, recordada por muchos programas sensacionalistas ciertamente, y es habitual en los programas dedicados al misterio, donde se destaca la presencia de los policías y del sacerdote para darle mayor credibilidad al relato de las mujeres que aseguraron haberlo vivido.