Tensión en el hospital por la falta de aire acondicionado

Pacientes del Materno-Infantil y del Médico Quirúrgico presentan reclamaciones

17 jul 2017 / 11:40 H.

Sofocante, asfixiante e insoportable, y para los enfermos mucho peor”. Son palabras de Ángeles Fuentes, ingresada en la cuarta planta, ala B, del Hospital Medico Quirúrgico de la capital desde el pasado jueves, justo cuando el aire acondicionado dejó de funcionar correctamente. En su mesita de noche, junto a la medicación, la botella de agua y el abanico, son indispensables, igual que para el resto de compañeros de habitación. “Es increíble que en plena ola de calor estemos así, con gente recién operada y los pijamas empapados por el sudor”, aporta Fuentes. Unas puertas más allá se encuentra Elena Oña Antolín. Hace más de cincuenta días que ocupa una de las camas del centro. “Al menos ahora me puedo levantar y pasear, porque sino sería imposible de sobrellevar”. Durante su estancia ha tenido todo tipo de circunstancias, pero ninguna como la que está viviendo. Cuenta que la pareja de su compañera de cuarto “se desplomó” en el suelo a causa del calor.

“En ocho años que llevo trabajando aquí jamás había ocurrido esto”, relata uno de los miembros del personal del complejo hospitalario. “Hay compañeros que con una mano empujan un carro y con la otra, se abanican”. Insisten en que lo mejor, por parte de los familiares, es presentar una reclamación escrita. “Nosotros también lo sufrimos, en la sala de descanso no se puede estar y así no hay quien trabaje”, recuerda.

La situación no está limitada a la cuarta, según suben las plantas, las temperaturas también aumentan. En la séptima se encuentra Oncología, y las propias enfermeras alertan de la situación. “Hay pacientes con fiebre, y el bochorno no les conviene”, explica una de las trabajadoras, que añade: “Ya hemos avisado cuatro veces para que vengan a arreglar el aire, pero aquí no sube nadie, o si suben dicen que todo está bien”.

Manuel Liébanas recibe quimioterapia desde el jueves. “Las noches son terribles, sofocantes, uno acaba chorreando”. Su mujer lo acompaña, ambos son de Bélmez de la Moraleda y una amistad de la capital, tras visitarlos, les prestó un ventilador para que no se “achicharraran”.

El Hospital Materno Infantil comparte sistema de ventilación y los pacientes ingresados, junto con sus familiares, son también víctimas de la ola de calor y la falta del aire acondicionado. Esperanza Román se encuentra en la sexta planta con su nuera, que acaba de dar a luz. “No se puede vivir, es una pesadilla”, asegura. Los ventiladores se reparten en varias habitaciones, esenciales para descansar al menos unas horas.

La esposa de Jesús Muñoz trajo al mundo a un precioso bebé al que, para que los familiares puedan saludarlo, deben sacarlo fuera del cuarto, porque dentro “no se puede respirar”. Después de quejarse varias veces han decidido poner una reclamación escrita. “Lo peor es que no viene nadie, ni un técnico, no nos escuchan”.

“El personal trabaja en subsanar las incidencias”

Desde el Complejo Hospitalario de Jaén informan que en el Médico-Quirúrgico, a lo largo de la mañana, se presentaron dos reclamaciones por el mal funcionamiento del aire acondicionado. “Como establece el protocolo, el personal trabaja en la subsanación de las incidencias para que la climatización sea la idónea”, aseguran. Asimismo explican que el Complejo Hospitalario cuenta con un equipo de mantenimiento las veinticuatro horas, los 365 días del año. “Este equipo ha atendido las incidencias en el momento en que se han conocido”, resaltan. Igualmente comenta que durante el periodo estival se desarrollan obras de modernización del sistema de climatización de una de las alas de la cuarta planta. Respecto a los sucesos en el Materno-Infantil, declaran que “no existe incidencia alguna”, según datos recabados a lo largo de la mañana. Por su parte, el personal del centro aconseja a los afectados presentar una reclamación. Así lo hizo, por ejemplo, M. V. C. madre de una paciente que prefiere preservar su anonimato. Su hija, de catorce años, fue ingresada, el miércoles, en el Materno-Infantil, en el que no sufrieron ningún inconveniente, pero en cuanto la trasladaron a la cuarta planta del Quirúrgico, comenzaron los problemas. A última hora de la tarde desde el hospital avisaronn que el problema era una bolsa de aire que se había producido en la columna de refrigeración y que, tras purgar la instalación, se había recuperado la temperatura habitual. Sin embargo en algunas habitaciones todavía no se notaba el cambio.

Una historia que se repite año tras año durante el verano

La situación no pilla de nuevas a los trabajadores del Complejo Hospitalario. En verano del año pasado hubo varios pacientes que presentaron reclamaciones en el centro sanitario por el sistema de ventilación defectuoso que afectaba a las diferentes plantas. Tanto el personal de Oncología como el del Médico-Quirúrgico subrayan que siempre ocurre lo mismo por estas fechas. Según explican, la maquinaria encargada de refrescar las habitaciones y los conductos que reparten el aire tiene más de cuarenta años y su antigüedad afecta, inevitablemente, al correcto funcionamiento. “En algunos cuartos hace mucho frío y los familiares han tenido que tapar la rejilla para que el aire no diera directamente sobre la cama del enfermo; pero, claro, el enfermo de la cama adyacente tiene calor y discute con ellos porque se asfixia”, relata una de las enfermeras de la planta de Oncología. Tanto en septiembre como en octubre del año pasado, este periódico también se hizo eco de las numerosas reclamaciones que presentaron los pacientes en el Complejo Hospitalario. Los ventiladores se habían convertido en un usuario más del cuarto junto con los ingresados, que trataban de convivir entre abanicos y corrientes de aire provenientes del pasillo. En verano de 2016 se llevaron a cabo mejoras en el centro que afectaron a sus habitantes temporales, pues se aprovechan estas fechas, en las que hay una ocupación inferior a la del resto del año, tanto en personal como en pacientes. En invierno y primavera la situación volvió a la normalidad; sin embargo, con la primera “ola de calor” de la Aemet, el sistema “falla”. “No da para más, aunque pongan el aire a máxima potencia, la maquinaria es la que es y hace lo que puede”, asegura uno de los enfermeros de la cuarta planta del ala B del Médico-Quirúrgico. “Al menos deberían repartir ventiladores por las habitaciones, para que la gente no se trajera el suyo desde casa”.