Tres heridos en Mengíbar a causa de un tiroteo a plena luz del día

Disparos a plena luz del día. Tres personas de una misma familia —dos mujeres y un varón— sufrieron heridas como consecuencia de un tiroteo ocurrido en torno a las diez de la mañana en Mengíbar. Todo apunta a que se trata de un nuevo ajuste de cuentas entre clanes rivales.

Los hechos ocurrieron con rapidez. Un vehículo de alta gama —al parecer con dos personas en su interior— se personó en un barrio habitado mayoritariamente por personas gitanas. Prácticamente sin mediar palabra uno de los ocupantes descargó la munición de una pistola contra un hombre que se encontraba en la vía pública —en la confluencia entre las calles Nuestra Señora de la Cabeza y Señor de las Lluvias—. Los posteriores disparos alcanzaron a tres personas que estaban en el exterior. Se trata de la esposa del varón, que salió ileso, y un joven de veintiún años. Recibió, respectivamente, impactos en el glúteo y el pecho. Ya por la tarde trascendió que una tercera persona, una mujer de la misma familia tenía lesiones leves que podían deberse a que fue “plomeada”. No obstante, la Guardia Civil explicó que el dictamen médico determinará si esa es la causa o, en cambio, las heridas se deben simplemente a “un rasponazo”. Testigos indican que se vivieron momentos de desconcierto y pánico “con gente corriendo y saltando”. Después de perpetrarse el ataque, el automóvil abandonó el barrio.

Las fuentes consultadas explican a Diario JAÉN que todas las sospechas se centran en componentes de un clan de la ciudad de Linares. Precisamente en ese municipio —ubicado a poco más de veinticinco kilómetros de Mengíbar— se centra la búsqueda del Instituto Armado. Al cierre de esta edición no había trascendido detención alguna. Una de las incógnitas que ha de esclarecer la investigación es el móvil del ajuste de cuentas. En principio se da por seguro que entre ambas partes había discrepancias de tipo familiar, muy fuertes hasta el punto de deparar un tiroteo en la calle a plena luz del día. La huida resultó fácil, ya que el barrio —próximo al cementerio— está a unos metros del polígono, y a través de la antigua carretera de Jaén hay varias opciones para escapar.

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