Condenado a doce años de prisión por abusar de su nieta menor durante ocho años

22 ene 2018 / 17:03 H.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a doce años de prisión, como “responsable criminalmente, en concepto de autor, de un delito de abuso sexual continuado”, a un hombre que abusó de su nieta durante ocho años, desde que ésta tenía cinco y hasta que cumplió los 13 años de edad, al valerse de “la relación de parentesco con la víctima”.

Así lo recoge el fallo de dicha sentencia, a la que ha accedido Europa Press, mediante la que también se condena a este hombre, de unos 70 años de edad, a “inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena”, imponiéndole, igualmente, “la prohibición de aproximarse durante el tiempo de la condena a una distancia inferior a los 500 metros o comunicar” con la menor, que ahora tiene unos 16 años ni aproximarse a su domicilio a menos de 500 metros “durante trece años”.

Junto a ello, la Audiencia cordobesa también ha condenado al acusado, que puede recurrir esta sentencia en casación ante el Tribunal Supremo, a que indemnice a su nieta “en la suma de 20.000 euros, cantidad quedevengará los intereses previstos en el artículo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil hasta su completo pago, así como al pago de las costas procesales, incluidas las de la Acusación Particular”.

La sentencia ha considerado probados los hechos planteados en su momento por la Fiscalía, en cuya calificación relató que la menor y su hermano, cuando eran pequeños, vivían en otra provincia distinta a la de Córdoba “con su madre y su pareja, que no es padre de los menores”, si bien debido a que la mujer y el hombre “trabajaban por la mañana y parte de la noche de lunes a sábado”, ella dejaba a sus dos hijos al cuidado de sus padres en el domicilio de estos.

En tales circunstancias “la menor solía dormir con su abuelo en la misma habitación y su hermano dormía en otra habitación con su abuela”. De este modo, el ya condenado, “desde fecha no determinada, pero al menos desde que su nieta tenía cinco años de edad, aprovechando que la menor dormía por las noches con él y que se hallaban solos en la misma habitación, en un número indeterminado de ocasiones, cuando comprobaba que todos estaban dormidos, guiado por evidente ánimo libidinoso” le realizaba tocamientos.

Según el fiscal y ahora también la sentencia, en sus hechos probados, esta situación “se repitió prácticamente cada noche hasta que ella cumplió los ocho años”, momento en que la pequeña junto con su madre y hermano, y la pareja de su madre, se trasladaron a vivir a una localidad cordobesa.

Posteriormente, el ya condenado y su esposa, al no poder seguir viviendo en la casa que habitaban “por problemas económicos”, se trasladaron a vivir a dicho municipio a una casa que les alquiló su hija, pero como ella y su marido tenían un local, habían tenido otro hijo y trabajaban hasta altas horas de la noche, el acusado y su esposa pasaban las noches en casa de su hija, para quedarse con los nietos. LA MADRE, “ATERRADA”, DESCUBRIÓ A LA NIÑA

Así, el supuesto comportamiento del procesado continuó hasta junio de 2011, hasta que una noche, sobre las 0.00 horas, la menor se fue a su cama para dormir y pasados unos minutos, “una vez más, guiado por igual ánimo, llegó a dicha habitación” su abuelo. Ella comenzó a llorar e insistentemente le dijo que la dejase, pero el acusado “hizo caso omiso hasta que oyó ruido”, por lo que rápidamente se marchó a su habitación.