Liberadas once mujeres que estaban siendo prostituidas

Las mantenían retenidas y explotadas en un chalé del municipio sevillano de Gines

18 ene 2018 / 08:19 H.

Agentes de la Policía Nacional liberaron a once mujeres de diversas nacionalidades y de edades comprendidas entre los 21 y los 36 años, que estaban siendo explotadas sexualmente en un chalé en el municipio sevillano de Gines, mientras que fueron detenidas once personas en esta operación que se enmarca dentro del Plan contra la Trata de Seres Humanos con Fines de Explotación Sexual.

Según una nota de Policía Nacional, los servicios eran publicitados en páginas de contactos de internet y ofrecían una amplia gama de mujeres con disponibilidad de 24 horas que incluso eran trasladadas a hoteles o domicilios por conductores de la organización.

Las víctimas permanecían internas y vivían hacinadas en condiciones de semiesclavitud, siendo obligadas a dormir vestidas de forma elegante por si algún cliente requería sus servicios de forma inmediata y a consumir estupefacientes para permanecer más tiempo despiertas. Seis de ellas dormían en una habitación con tres literas y las cinco restantes dormían de dos en dos en las camas donde mantenían relaciones sexuales con los clientes.

Entre los once detenidos se encuentra un matrimonio de nacionalidad española que ejercían de líderes de esta organización criminal. La investigación se inició a mediados del año pasado cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de un chalé donde se estaba ejerciendo la prostitución en el sevillano municipio de Gines. Las primeras pesquisas revelaron que las víctimas estaban ejerciendo la prostitución en una situación de semiesclavitud, sometidas a unas condiciones de trabajo infrahumanas y siendo controladas día y noche por seis mujeres, las controladoras, que realizaban funciones de encargadas del chalé.

Además mantenían totalmente informados a los jefes de la organización de los servicios sexuales y del comportamiento de las chicas. Los cabecillas acudían cada mañana para recoger la recaudación diaria y dar directrices a estas encargadas.

Las víctimas eran captadas en Sevilla bajo la promesa de un trabajo bien remunerado con el que poder ayudar a los familiares que tenían a su cargo. Una vez captadas eran obligadas bajo amenaza a prostituirse en pésimas condiciones. Según la Policía Nacional, se encontraban fuertemente controladas, explotadas y amenazadas por la organización y eran obligadas a entregar cantidades de dinero diarias. Tanto los clientes que lo solicitaban como las mujeres que ejercían la prostitución consumían sustancias estupefacientes, estas últimas por obligación para que pudieran permanecer despiertas y trabajando durante más tiempo.

La organización también contaba con tres conductores que se encargaban de trasladar a las mujeres fuera del chalé, normalmente hasta hoteles o domicilios particulares.