Los testigos de Almonte

Afirman ver al acusado momentos antes de producirse el crimen

13 sep 2017 / 10:56 H.

Los dos vecinos que iban a caballo y con los que se cruzó el único acusado, F.J.M., del doble crimen de Almonte (Huelva), en el que murieron un padre y su hija de ocho años en abril de 2013, lo sitúan fuera de su lugar de trabajo el día de los hechos. Concretamente, en la calle Feria, cuando aún había luz solar, lo que contradice la versión dada por F.J.M., que dijo que trabajó hasta las 22:05 horas y fue, después de ese periodo temporal, cuando se encontró con estos dos vecinos.

Durante su declaración, en la cuarta sesión del juicio ante un jurado popular en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, ambos testigos aseguraron que vieron al acusado en su vehículo particular de día, así como el primero de ellos apuntó, que se acuerda que fue antes de las 21:00 horas cuando vio al acusado, porque había quedado a esa hora para vender un caballo en su solar y se dirigía al mismo para cerrar el trato. Asimismo, indicó que vio al acusado entre las 20:00 y 20:25 horas y ambos afirmaron que F.J.M. iba en su coche y fue él quien se dirigió a ellos y se percataron de su presencia. De hecho, ambos señalaron que el acusado les comentó “anda que no vais a coger nada”. M.A.R.R., otro de los testigos, aclaró que el presunto autor iba en su vehículo ese día porque conoce el coche, ya que, al ser chapista, se lo había arreglado en otras ocasiones. No obstante, ninguno de estos dos testigos pudieron precisar la dirección que tomó F.J.M. después de hablar con ellos, ni la ropa que llevaba puesta, al tiempo que remarcaron que no volvieron a verlo en toda la noche.


RELACIONES. Este mismo testigo comentó que Marianela Olmedo, mujer y madre de los fallecidos en el doble crimen y que mantenía simultáneamente una relación sentimental con el único acusado por los hechos, “cambió de vestimenta” a partir de su relación con F.J.M. Agregó que conocía al acusado porque eran vecinos y que era conocedor de su relación con Marianela Olmedo, la cual era amiga de su esposa y le contaba a ésta sus desencuentros con F.J.M. “Lloró en mi casa muchas veces” por sus relaciones con el acusado, prosiguió este testigo.

Así, insistió en que iba a caballo con el otro testigo, M.A.V.M., pero después de ver a F.J.M., pone rumbo solo a su solar para proceder a la venta del équido y después, en un bar sobre la medianoche, es cuando ve de nuevo a M.A.V.M., pero no al acusado. M.A.V.M., quien era amigo del fallecido apuntó que sólo conocía “de oídas” la relación entre F.J.M. y Mariela Olmedo.