“Café Bar Vicente”, exquisitez gourmet en Peñamefécit

12 jul 2016 / 11:00 H.

Veintidós años, que se dice pronto, avalan la trayectoria de un establecimiento que es motor gastronómico de Peñamefécit. Desayunos, tapas, platos, copas o cafés, todo tiene cabida en Café Bar Vicente, un enclave que irradia energía y pasión por la cocina. Amantes de los buenos productos y de los manjares de la tierra, como ellos mismos se definen, Café Bar Vicente pone toda la carne en el asador por una cocina tradicional llena de aderezos de nuevas tendencias, signos que se unen en sus especialidades: las carnes ibéricas, los pescados y mariscos, o los revueltos. Seña de identidad son, además, los más de veinte aceites premium de la provincia con los que confeccionan la variedad de recetas que atesora su carta, como las croquetas de marisco, el flamenquín de pez espada, el pulpo a la gallega, el choto con ajos o la ensalada templada de salmón, gulas y gambas. Platos de máxima calidad, con un mix de tendencias gastronómicas y recién salidos del horno, esto es, hechos al momento por y para el consumidor.

Asimismo, y para saciar con elegancia la sed del comensal, Café Bar Vicente pone a disposición de sus clientes una exquisita bodega con más de una veintena de vinos de alta calidad: Riojas, Riberas, Ruedas, Albariños o Frizzantes no pueden faltar en una comida de postín. Aunque como en la variedad está el gusto, disponen, del mismo modo, de más de 200 tipos de licores, 17 de ellos gran reserva, y de una carta de 25 ginebras y tónicas premium. Eso sí, si el consumidor prefiere la clásica cerveza fresquita para acompañar su tapas o platos, tampoco falta el barrilero al perfecto punto de frío.

Café Bar Vicente comparte una doble virtud, difícil de encontrar en otros enclaves culinarios de Jaén: se definen como un bar de barrio con las exquisiteces que ofrece un rincón gourmet. Lo más importante para su plantilla, cuidar el detalle y mimar a sus clientes en el trato, tan cercano que uno no puede sentirse más que en casa.