Leche frita

09 oct 2016 / 11:04 H.

La leche frita es un dulce de harina cocida con leche, huevo y azúcar hasta que se espesa, cortándose la masa resultante en porciones que se fríen. Se suele presentar con forma cuadrada o rectangular, de aproximadamente 3-5 centímetros y un espesor no muy superior a los 2 centímetros. Su contenido en proteínas y grasas es muy bajo, aportando 100 kilocalorías por ración. Habitualmente, suele servirse como postre, espolvoreada con azúcar y canela en polvo. El origen de esta receta es incierto, siendo muchas las regiones españolas que reivindican la autoría de este afamado postre. Aunque el país vasco-francés, la provincia de Valladolid o las tierras donostiarras alardean de poseer la auténtica receta, si bien con distintas variantes, toda pesquisa conduce a San Sebastián como autora de este delicioso dulce. Consejo: es un postre de elaboración casera, pero debe ser consumido en el día o al día siguiente, ya que posee mucha humedad y el huevo hace que sea un dulce delicado de conservar.

INGREDIENTES.

1 litro de leche, 40 gramos de azúcar blanca, 50 gramos de harina, 30 gramos de mantequilla, 4 yemas, 1 trozo de canela en rama, harina y huevo para rebozar, aceite de oliva virgen extra (AOVE), azúcar moreno para decorar.

RELLENO Y DECORACIÓN.

En un cazo, poner a hervir la leche, la mitad del azúcar blanca y la canela en rama.

Tras hervir un minuto, apartar para que se temple y sacar la rama de canela. En un bol, batir con las varillas las yemas, el resto de azúcar blanca y la harina durante 3 minutos, hasta conseguir una masa homogénea. Incorporar la leche templada, sin dejar de remover, mientras se cuece a fuego suave durante 35-40 minutos. La mezcla debe quedar espesa. Si no es así, cocer unos minutos más. Esto evitará que la masa se cuartee y no sepa a harina cruda. Verter sobre una fuente con poca profundidad, untada con mantequilla. Dejar enfriar a temperatura ambiente, tapada con un paño húmedo hasta que espese. Quedará como una gelatina. Cortar con un cuchillo porciones al gusto. Rebozarlas en harina y huevo batido. Freír en abundante aceite de oliva, a fuego medio, dejando que se hagan un minuto por cada lado. Escurrir sobre papel de cocina. Espolvorear con azúcar moreno y canela en polvo. Se pueden degustar frías o templadas. Y en buena compañía, con nuestro licor favorito, un café, un té,... ¡En cualquier velada triunfarás!