El arte detrás de la devoción

La Santa Cena organiza una mesa con sus tallistas, escultores y orfebres

11 mar 2018 / 11:10 H.

Las manos detrás de esa compungida emoción en el rostro de la Virgen o la dolorosa faz del Cristo, que conmueve a los jiennenses cada Semana Santa. Los artistas de la Cofradía de la Santa Cena tuvieron la oportunidad de dar un paso al frente y mostrar al público uno de los grandes secretos que guardan con celo en sus talleres, en una mesa redonda que se ofreció en el teatro Darymelia. Desde las ocho de la tarde, tanto miembros de la hermandad como amantes del arte cofrade acudieron a la cita en la que escucharon con atención la intervención de los asistentes, todos ellos profesionales que dejan su impronta en las calles de la ciudad los días de Pasión. Antonio Bernal, escultor imaginero de las sagradas imágenes; José Carlos Rubio, tallista y dorador del paso de misterio; Ramón Orobio, orfebre autor del paso de palio y de los enseres de orfebrería de la hermandad; Javier García, bordador y vestidor de María Santísima de la Caridad y Consolación, y Martín Suárez, bordador y vestidor de Jesús Salvador y el Apostolado, fueron los invitados a una cita llena de momentos especiales en los que hablaron, sin tapujos, de la labor diaria en sus talleres, sus mentes y sus corazones.

Manuel Contreras, periodista y cofrade de La Santa Cena, así como pregonero de la hermandad, fue el encargado de moderar la mesa y dar paso a los ponentes.

Enmarcado en las celebraciones de la conmemoración del veinte año fundacional de la cofradía, la mesa redonda fue el acto central de varias actividades organizadas por La Santa Cena, tanto para sus miembros como para los jiennenses en general. Desde la hermandad destacaron lo “especial” de la cita, pues pocas son las cofradías que pueden juntas a sus artistas y pedirles que cuenten su forma de trabajar y lo que se esconde entre bambalinas antes de la Semana Santa. Asimismo valoraron la presencia de los profesionales, a los que agradecieron tanto su participación como su labor, dedicada a la hermandad. Los “pocos” años de vida de La Santa Cena favorecen que se disponga de sus especialistas, mientras que en otros, por ejemplo, sería imposible, ya por la antigüedad de sus tallas o porque las piezas fueron realizadas por distintas manos en otros lugares. “Es una oportunidad que no todo el mundo puede vivir”, declararon desde la cofradía. Durante la mesa redonda los asistentes disfrutaron de numerosas anécdotas que compartieron los ponentes y sus métodos de trabajo, desde la idea hasta su realización.