El Martes Santo sale impecable

Devoción para acompañar al Señor en la Oración en el Huerto y La Esperanza

17 abr 2019 / 11:41 H.

La Semana Santa de 2019 continuó con su tónica de procesiones muy cuidadas, después del buen sabor de boca que dejó la del Domingo de Ramos, con la presencia en las calles de La Borriquilla y la Nuestra Señora de la Estrella. El martes, el protagonismo correspondió a la Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto de los Olivos y María Santísima de la Esperanza. El desfile comenzó puntual, a las ocho de la tarde, después del acto de la palabra y todavía con luz solar. La organización de la procesión resultó impecable.

En la salida destacó la entrega de los costaleros, ya que tanto el paso del Señor como el de la Virgen caben muy justos por la puerta de la iglesia de Consolación. En el caso de la Oración la flexibilidad del olivo que forma parte del trono permitió que cupiera por el hueco disponible. Para que La Esperanza cupiera hizo falta que los costaleros se pusieran, literalmente, a gatas. Fueron unos minutos muy intensos en los que quedaron patentes el esfuerzo de los portadores de la imagen y la coordinación perfecto para culminar con éxito unos movimientos medidos al milímetro.

Una vez en la calle, la Agrupación Musical Virgen de la Esperanza acompañó al paso de misterio, mientras que “Amigos de la Música”, de Mancha Real fue detrás del de palio. Este año, las novedades de la procesión vinieron de la mano del trono del Cristo. Se estrenaron la primera fase del dorado de la canastilla y el respiradero frontal y el policromado de dos evangelistas. El cortejo incluyó mujeres ataviadas con la típica mantilla, así como menores y jóvenes que hicieron de ciriales y transportaron los incensarios. También hubo responsables cofrades. Este año se echó en falta la presencia de penitentes ataviados de verde y blanco los colores típicos de la cofradía alcalaína.

La comitiva, después de sobrepasar el Compás de Consolación enfiló El Llanillo desde donde transcurrió por el entorno del Ayuntamiento —adornado especialmente con motivo de la Pasión—, después la procesión pasó por Angustias, Veracruz y desde ahí volvió a El Llanillo para la “estación de penitencia” ante el monasterio que alberga a las monjas dominicas y el paso por la carrera oficial. Posteriormente, el desfile se introdujo por Santo Domingo de Silos —Juego de Pelota—, Antón Alcalá —Horno—, Guardia Castellano —Gala— y Tejuela. En el barrio de La Tejuela las bocacalles pusieron a prueba la pericia de costaleros y capataces. El trayecto de la Oración en el Huerto y La Esperanza, dada su longitud, concluyó horas después. A pesar de todo, fueron numerosos los alcalaínos y los visitantes, algunos extranjeros, que no quisieron perderse la procesión del Martes Santo, principalmente en su tramo por el centro histórico.

incertidumbre. Después de una primera parte de la Semana Santa con ambiente estable, a partir de hoy se espera un cambio de tiempo. La duda está en saber si las precipitaciones esperarán hasta que termine el viacrucis del Cristo de la Salud, previsto para esta noche a partir de las nueve. Desde las siete, los fieles tienen la ocasión de participar en un besapié. En principio, todo apunta a que sí podrá realizarse el recorrido, repleto de recogimiento, por la Fortaleza de la Mota. Habrá que ver si al final las precipitaciones permiten las salidas previstas para mañana y el viernes.