José Aguilera enlaza vivencias, fe y compromiso en el pregón de la Pasión

Amor a la Virgen de la Cabeza, la del Rocío y Nuestro Padre Jesús

08 abr 2017 / 11:38 H.

“¡Viva Jesús!”. Con esta sonora y reiterada exclamación cerró José Aguilera el pregón de la Semana Santa. Se trataba de un guiño más, de su emocionado discurso, a la Real Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y Santa Caridad, un referente para él, igual que las hermandades de la Virgen de la Cabeza y la del Rocío. De hecho, varas de estos tres colectivos estaban junto al atril. En su intervención, escuchada por el público que casi llenaba el patio de butacas del teatro Martínez Montañés y el que se encontraba en los palcos, hizo un repaso por sus vivencias desde niño en torno a la Semana Santa, como músico, nazareno, costalero y dirigente. También realizó un recorrido por las procesiones que se suceden en la Pasión de Alcalá la Real.

En las pausas contó con un toque flamenco, el acompañamiento al cante de Rafael Góngora y a la guitarra de José Antonio Hinojosa. Aguilera hilvanó el relato con referencias a sus viajes por los países más pobres vinculado con su trabajo para una empresa del sector del plástico en Alcalá.

El orador, quien fue presentado por su hermano Antonio, lanzó un mensaje en el que destacó la importancia del amor al prójimo como esencia del cristiano. “He visto con mis ojos el hambre. Debemos abrir los ojos del corazón”, dijo. Igualmente recalcó el testimonio de Cristo: “Jesús fue por delante con el ejemplo. Su vida es la historia más grande jamás contada”. Defendió que los cofrades no son cristianos solo una semana.