La “carrera de las vallas” se estrena en 24 horas con llamadas al “boicot”
Empresarios y viandantes critican la estructura colocada por las cofradías y plantean dudas sobre su seguridad
Cuántos centímetros mide una polémica? Aunque parezca una pregunta insondable, en el caso del debate que rodea la inminente Semana Santa de Jaén es sencillo. La controversia se extiende a lo largo de 150 centímetros, lo mismo que las vallas colocadas por la Agrupación de Cofradías, con el visto bueno municipal, en Bernabé Soriano, la señorial vía que es la semanasantera carrera oficial en la capital. Y es que la colocación de estos elementos, que no son barreras, según el presidente de las hermandades jiennenses Francisco Latorre, genera todo tipo de sentimientos, impropios para estas fechas de Gloria, Pasión y Resurrección, pulsiones que van desde el cachondeo a la indignación sincera, combinados con llamamientos al boicot a la celebración.
A los que les hace reír la “ocurrencia”, comparan el aspecto de los palcos con un sambódromo, como el de Río de Janeiro, o con la famosa calle Estafeta de Pamplona durante los encierros de San Fermín. “Chiquillo, parece que van a soltar a los toros”, comentaba un ciudadano a otro a los pies de la Diputación. En las redes sociales corren que se las pelan las bromas, como la de ir provisto de un abrelatas a la calle dedicada al médico jiennense o la que propone subirse a hombros de un costalero, con la tradicional bolsa de pipas, para no perderse los desfiles procesionales. Un hostelero prefiere no hablar. “Hay una tremenda polémica, no te lo puedes ni imaginar, ya lo he visto con los clientes y las posiciones están muy encontradas. En asuntos así, prefiero no dar mi opinión”, reflexiona.
Una dependiente que trabaja en Berbané Soriano, que opta por mantenerse también en el anonimato, en sus palabras, “preocupada por lo que le puede pasar a su negocio”, critica con sorna: “Si hubieran avisado de que me iban a poner esto delante del escaparate, hubiera sido los maniquíes al techo para que se vieran bien”. Razona, indignada con una decisión que afecta directamente a su tienda y a otras. De hecho, Comercio Jaén cuenta con 17 firmas de empresarios de la zona, casi todos, que están en contra de que no se haya pedido su opinión para introducir esta novedad. Este asunto también inquieta a ciudadanos y empresarios de esta céntrica ubicación. “¿Qué pasa si tiene que entrar una ambulancia?”, alerta un jiennense. El presidente de las cofradías jiennenses deja claro que todo el montaje cuenta con las medidas de seguridad y que, ayer mismo, había operarios señalizando pasos de peatones.
A horas de que eche a andar la Pasión, de móvil en móvil, circula un mensaje que critica la “privatización” de la Semana Santa y reza así en parte: “Las sillas están bien para las personas mayores, para los que quieran estar sentados, lo que no está bien es que hay gente que no tiene dinero y que, por ello, les pongan un muro diciendo: ‘No pagas, pues no ves una mierda’, por favor no consintamos esto que nos están haciendo. Boicot a la carrera, no vallas. Hay infinidad de sitios para ver tu cofradía sin muros”.
El gerente del Café Jaén, Juan Rafael Canovaca, no entra en el hecho de que se hayan colocado las vallas en la carrera, sobre lo que expresa sus dudas es acerca de la seguridad de la instalación. “La entrada y la salida es de apenas un metro, es muy estrecho”, reflexiona, convencido de que, al menos, será incomodo para los cientos de personas que acudirán a Bernabé Soriano para ver las procesiones. “Tengo dudas sobre el plan de seguridad y evacuación”, deja claro este empresario, que está convencido de que el negocio se verá resentido también.
“El problema es que no nos preguntaron que nos parecía la colocación de las vallas a los empresarios”, deja claro Emilio Martín, de la Taberna Mangas Verdes. “Si se hubiera convocado una reunión, hubiéramos acudido, porque no somos tantos, y podríamos haber puesto nuestro granito de arena, incluso, habernos anunciado en este soporte, como sí han hecho otros”, argumenta el hostelero que confía en que, el próximo año, se tenga en cuenta lo que piensan los que invierten en el centro de la ciudad durante todo el año.
“He decidido montar mi tienda en el centro porque es un lugar de paso, para que se vea más, y me encuentro con que no se ve mi escaparate”, lamenta Carmen Ordóñez, que abrió su tienda de zapatos hace tan solo tres semanas. “Pago un alquiler elevado por una posición y, sin preguntarme, se coloca frente a mi establecimiento una valla que mide más de un metro y medio de altura”, sostiene. Lo que para ella se debería de haber hecho, y en esto coincide con otros empresarios, es haberles consultado antes de obrar así.
“Lo que habría que hacer, como hacen en Sevilla y Córdoba, es cerrar a las dos de la tarde y punto, así no habría problemas”, sostiene María del Mar Bellido, al frente de una tienda de modas, abierta desde hace un año, a la que la idea de las vallas no le parece mal. “Yo he estado sentada en la carrera y es una molestia cuando te ponen al niño encima y cosas por el estilo”, sostiene. Custodia Machuca, que trabaja con ella, tiene una opinión diametralmente opuesta y critica que, con este sistema, se impide a los ciudadanos disfrutar de la Semana y afecta a las ventas.