Mujeres con mantilla negra conmemoran la Pasión y Muerte de Cristo

La cofradía de la Oración en el Huerto recorre la lonja del Hospital de Santiago, ya que el edificio fue su sede cuando la hermandad fue fundada allá por el año 1943

30 mar 2018 / 11:21 H.

El Jueves Santo es una jornada de llegadas, de reencuentros con familiares y amigos ubetenses que, por motivos laborales, residen fuera de la ciudad que les vio nacer, pero que aprovechan estos días festivos en todo el país para volver a casa y disfrutar de su Semana Santa. Jornada que la ciudadanía vive en la calle, pues son cinco las cofradías que recorren calles y plazas de la ciudad patrimonial, hermandades que dejan “postales” al ser captadas por grandes y pequeños con cámaras y con sus teléfonos móviles.

La primera de las hermandades en procesionar es la Cofradía de Nuestro Señor en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza. Cofradía para la que esta Semana de Pasión es muy especial, pues conmemoran el 75 aniversario de su fundación. Por este motivo han realizado distintas actividades a lo largo del año, como el acto literario, musical y artístico celebrado en el Ideal Cinema, titulado “Entre el tiempo y la Esperanza”, a cargo de Ramón Molina Navarrete y María Jesús Molina Hurtado. No obstante, la hermandad una vez terminada la Semana Santa continuará celebrando su aniversario fundacional. Así, el próximo 7 de abril, a las ocho de la tarde, el teatro Ideal Cinema acogerá la obra teatral “Tía Dolores debe morir” a cargo de la compañía Verain.

La Oración en el Huerto comenzó su estación de penitencia a las once y media de la mañana, cortejo abierto por su Cruz Guía, detrás, decenas de hermanos comenzaron a salir del claustro de la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares a la plaza Vázquez de Molina y comenzar a recorrer las principales calles del casco antiguo de la ciudad. Sin embargo, este año, de manera especial, modificó su itinerario con motivo de la conmemoración de su septuagésimo quinto aniversario. La cofradía quiso volver a la que fue su sede y, por ello, sus titulares y sus hermanos subieron la lonja del Hospital de Santiago, acto muy emotivo tanto para los hermanos de la cofradía como para cofrades y ciudadanía en general. Después la “Oración” continuó su recorrido hasta regresar a la monumental Santa María con un ambiente envidiable en este Jueves Santo.

A las cinco y media de la tarde, desde la iglesia de San Isidoro comenzaba su estación de penitencia la Cofradía de Nuestro Señor en la Columna y María Santísima de la Caridad, hermandad que congrega a las puertas del templo y calles aledañas a cientos de personas para verlos procesionar, ya que sus titulares son obra del imaginero Francisco Palma Burgos. Además la salida de Nuestro Señor en la Columna es una de las más espectaculares de la ciudad, dadas las dimensiones del trono, que pone a prueba la pericia del capataz y de sus portadores año tras año. Uno de los momentos más singulares de la Semana de Pasión ubetense.

Con media hora de diferencia, es decir, a las seis, del templo de San Pablo salía la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y María Santísima de la Fe. Una hermandad señera en la tarde del Jueves Santo y que llama la atención de los visitantes que llegan a la ciudad patrimonial atraídos por su Semana Santa, pues una guardia pretoriana compuesta por siete miembros está encargada de la custodia del trono del Cristo durante el desfile procesional. También es especialmente singular ver desfilar a la Centuria Romana IX Hispana, que, con sus sones y su indumentaria, hicieron las delicias de las personas que se agolpaban en la plaza Primero de Mayo para verles desfilar.

Otra de las estampas del Jueves Santo son las mujeres vestidas de mantilla negra, una tradición que se usa en señal de luto y conmemora la pasión y muerte de Cristo. Todas las hermandades que procesionan el Jueves Santo, a excepción de la Buena Muerte, van acompañadas por hermanas de la cofradía de todas las edades, que muestran respeto así por sus titulares. Y, finalmente, a las diez, en la iglesia de San Miguel comenzó la estación de penitencia de la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, hermandad carmelitana de silencio. Esta es una cofradía caracterizada por la sobriedad y el silencio solo roto por el sonido hueco de los timbales que acompañan al Cristo, portado por cuatro hermanos sobre sus hombros, que invita al recogimiento y a la reflexión.