Solemnidad en el Martes Santo

Tres cofradías sacaron en procesión cuatro pasos por las calles de Alcaudete

17 abr 2019 / 11:41 H.

Alcaudete vivió su tercera jornada de Semana Santa sumida en su particular y genuino fervor. Las procesiones de Jesús en su “Borriquita” y María de la Esperanza, el Domingo de Ramos, y de Jesús en su Sagrada Oración en el Huerto de Getsemaní, seguida de la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos, el Lunes Santo, fueron las primeras en recorrer las calles alcaudetenses, todas ellas tras partir de la Iglesia de San Pedro Apóstol. El Martes Santo, no obstante, fue la Iglesia Conventual de Santa Clara la que abrió sus puertas pasadas las siete de la tarde para que tres de las imágenes que forman parte del patrimonio religioso de Alcaudete se reencontraran con sus devotos en plena Semana de Pasión.

La Cofradía de San Elías y San Juan Evangelista, en primer lugar, y la Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísimo Cristo de la Expiración, Santísimo Cristo de la Columna y María Santísima de la Amargura, en segundo, fueron las que cobraron protagonismo en la tercera cita procesional en Alcaudete.

El paso de San Juan Evangelista fue el primero en salir a la calle para completar su recorrido en procesión. Tras el mismo, fueron los del Santísimo Cristo de la Columna y María Santísima de la Amargura los que atravesaron el umbral del convento de Santa Clara ante los numerosos fieles apiñados en la estrecha calle. Las tres procesiones, acompañadas por sus fieles, completaron un itinerario que les llevó por las calles Carnicería, Campiña, Parras, Carril, General Baena, Del Carmen, Cuesta de San Francisco, Magdalena, Alta, Hergada, Matadero, Pilajero y Llana, antes de regresar a las calles Carnicería y Santa Clara para volver a su templo.

Antes de que dicho recorrido diera término, en torno a las once de la noche, las puertas de la Iglesia de San Pedro Apóstol se abrieron de nuevo para que el Santísimo Cristo de la Agonía saliera en procesión a hombros de sus nazarenos, que un año más fueron fieles a su tradicional espíritu cofrade, caracterizado por su marcada solemnidad y austeridad.