¡Morenita guapa y guapa!

La Morenita luce un lazo rojo en solidaridad con los cristianos perseguidos

01 may 2017 / 10:49 H.

Alos que hicieron el camino para encontrarse con Ella les acompañó la lluvia y a los devotos que esperaban con ansia su procesión les tocó pasar frío, muchísimo, con ráfagas de viento helado que cortaba el resuello. Pero, como dijo una romera, “el que quiere, está aquí con tormenta, con nieve y con sol”. “Sé lo que digo, que vengo desde hace treinta años. Hay muchísima gente, como siempre”, zanjó, en una tertulia improvisada sobre si la meteorología adversa afectaba a no el desarrollo de la Romería de María Santísima de la Cabeza. Y es que, por supuesto, La Morenita no estuvo sola en el día de su fiesta grande, el tercer domingo de Resurrección.

La patrona de los iliturgitanos, que protege a una legión de hijos que se extiende muchos más allá del término municipal donde se construyó su santuario, salió de su camarín, al filo de las diez de la mañana, para ser trasladada al altar de la misa de campaña, en la lonja del templo. Aunque no sea en ese momento exacto, con este pequeño desplazamiento, se puede decir que comienza la procesión. Los anderos, enloquecidos de ganas de llevar a la Reina de Sierra Morena sobre los hombros, ya pueden mecer el trono, aunque tengan que esperar a la ceremonia para que arranque el recorrido oficial. En la basílica, antes de que la Rosa de Oro pase bajo la espadaña de lugar sagrado entre una lluvia de pétalos, se vive una situación que roza el caos, en la que, sin embargo, todo sale tal y como se debe de salir. Una mujer rubia y alta, mientras los hermanos mayores de Andújar y Colomera y las autoridades trasladan la imagen a sus andas, alzó la voz para improvisar una salve dedicada a la Virgen, que, al ritmo de una rianxeira gallega, hizo enmudecer a todos los presentes y que a más de uno se le saltaran las lágrimas. Al grito de “despacio hermanos”, dedicado a los que prestan sus pies a La Morenita, comenzó la maniobra para la “primera procesión” del día. No fue hasta pasadas las doce cuando, tras un nuevo traslado desde el altar de campaña a su paso procesional, la Rosa de Oro enfiló las calzadas del poblado del Cerro del Cabezo. Le abrían paso 68 cofradías filiales, más la matriz de Andújar. Fue un desfile solemne y con gran presencia institucional, al formar parte del cortejo, además del alcalde de Andújar, Francisco Huertas; entre otros, la subdelegada del Gobierno, Francisca Molina; el comisario provincial, Jesús Herranz, y el teniente coronel, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil Jaén, Luis Ortega. Los hombres y mujeres de este Cuerpo vigilaron el acto por tierra y aire, con un impresionante despliegue. Aunque tranquila, la procesión no fue rápida, al acumular algo más de una hora de retraso sobre las previsiones de los organizadores. Eso sí, como cada Domingo de Romería, las horas que María Santísima de la Cabeza estuvo en la calle fueron preciosas para los que las vivieron. Si no, que se lo digan a la Peña Tomate con Sal, presidida por Luis Pérez, que, además de recibir el galardón Romero del Año por su 25 aniversario, tuvo el honor de abrir las puertas de su casa a la más querida de todas las iliturgitanas. También hubo cariñosas paradas de María ante la Cofradía de Granada, la de Puertollano, donde un grupo de jóvenes le regaló una petalada, y ante el “cuartel general” de los devotos de Mancha Real, por el 450 aniversario de la fundación de esta entidad cofrade, tal y como explicó el hermano mayor de la Matriz, José Antonio Hinojo. La alcaldesa mancharrealeña, Mar Dávila, fue una de las romeras que se desplazó desde el municipio de Mágina para vivir este acontecimiento histórico. La venerada imagen mariana lució un manto azul cielo, obra de la hermana mayor de Andújar, Mercedes Fernández, diseñado por Pedro José López y Carmen Gutiérrez. Sobre las andas, los religiosos Sergio García, de Alcalá la Real, y Antonio Elverfedt, alemán de nacimiento y miembro de la comunidad trinitaria de Málaga. En el templete de las andas, lució un lazo rojo en solidaridad con los cristianos que son perseguidos en el mundo.