Van Avermaet logra el oro en la prueba de ciclismo en ruta

Purito Rodríguez acaba quinto y se retira con un diploma olímpico

07 ago 2016 / 10:00 H.

El corredor belga Greg van Avermaet se proclamó campeón olímpico en la prueba de ciclismo en ruta, con salida y meta en Fuerte de Copacabana sobre 256,4 kilómetros, por delante del danés Jakob Fuglsang y del polaco Rafal Majka, plata y bronce, de forma respectiva, mientras que el español Joaquim “Purito” Rodríguez fue quinto. De esta forma, Van Avermaet sucedió en el palmarés al kazajo Alexander Vinokurov, oro en Londres 2012, en un desenlace épico con sudor y lágrimas, como las del favorito, el italiano Vincenzo Nibali, y el colombiano Sergio Henao, quienes se cayeron cuando acariciaban la medalla.

Ya avisó el seleccionador español, Javier Mínguez. “Es el circuito más duro que he visto jamás para una prueba de este tipo”, apuntó. Fueron cuatro vueltas con rampas de hasta el 13 por ciento, antes de tres ascensiones a Vista Chinesa y el decenso por Ipanema y Copacabana que acabó con el aire del pelotón. Un “corte” formado por Michael Albasini, Jarlinson Pantano, Simon Geschke, Sven Erik Bystrom, Pavel Kochetkov y Michal Kwiatkowski, campeón mundo en 2014, puso en alerta al pelotón, en el que el español Jonathan Castroviejo, Italia y Gran Bretaña se afanaban porque no fuera más allá de los 9 minutos que alcanzó. Michal Kwiatkowski fue el último superviviente antes de que Italia pasara a la acción. Fabio Aru y Vincenzo Nibali se lanzaron a por el oro que les auguraban los pronósticos, mientras que las opciones españolas, Alejandro Valverde y “Purito” Rodríguez se quedaron rezagados. El catalán se vació en la última prueba en el profesionalismo, pero apenas pudo tomar algo de aire antes de que “El Tiburón” lanzara su ataque a 18 kilómetros de la meta. A rueda del italiano sólo le pudo seguir Henao y Majka. El podio estaba ya en manos de este trío, pero todo cambió en un segundo: Nibali y Henao se fueron al suelo en el descenso final, Majka se quedó sólo con el oro al alcance. No contaba el polaco con el impetuoso arranque de Avermaet y Fuglsang, que le dieron alcance a apenas 1,5 kilómetros de la meta y le dejaron con el consuelo del bronce.