de amor

La compañía alcalaína La Canela estrena La semilla en Fetén

18 ene 2017 / 12:47 H.

Qué pasaría si fuéramos una semilla plantada y no nos riegan? ¿Y si nos riegan demasiado? ¿Qué pasa, si con amor, nos riegan justo lo que es necesario?”. La semilla es el nuevo espectáculo de La canela, compañía de origen argentino que echó raíces hace muchos tiempo en Alcalá la Real. Este montaje se estrenará, el próximo 14 de febrero, en Fetén, la feria europea de teatro para niños que se celebra en Gijón cada año. “Es bastante difícil entrar en esta feria, hemos quedado seleccionadas unas 77 compañías de España y Europa para mostrar nuestro trabajo ante los programadores, de entre más de 700”. Habla Analía Sisamón, el alma de La Canela. “Supondrá el lanzamiento de La semilla de cara al sector de programadores de toda España. Van allí a ver la producciones para hacer las contrataciones para todo el año”, explica.

Este espectáculo es el séptimo de esta compañía nacida en 2003 y reflexiona acerca de las diferentes formas de crecer con una bella metáfora, la semilla: “Para cosechar hay que sembrar; para sembrar necesitamos tierra, agua, sol y una semilla. Para que algo crezca sano y fuerte, hay que cuidarlo, hay que dedicarle tiempo. Crecen hierbas, árboles, animales, seres humanos; crecen dudas, ansias, deseos y todo tipo de sentimientos. A veces no te dejan crecer. Otras te dejan crecer demasiado. Los límites ayudan a crecer. El miedo no. Cuanto más amor sembramos más caricias cosechamos”. “La semilla habla de la importancia de crecer con cariño, respetando nuestros tiempos vitales, disfrutando de la educación que recibimos, como alimento fundamental para nuestro sano desarrollo”, detalla Analía Sisamón. Continúa, de esta forma, el camino que emprendió con La Canela de crear espectáculos con una línea muy personal, en los que hablar de temas sociales, para invitar a reflexionar, como destaca: “En Mil grullas, hablaba de los niños en los conflictos bélicos; de la inmigración en La salida; de infundir el poder de la intuición en los hijos o saber reconocer los valores en el otro”.

Y un espectáculo es, para la creadora, también una semilla que hacer crecer: “Hay que regarlo todos los días, cuidarlo, mimarlo y sobre todo compartirlo”. Y ahora llega la oportunidad de hacerlo, en Gijón, y después en otras ciudades, como será Barcelona, en junio. Antes lo hicieron los alcalaínos, que disfrutaron de un preestreno a principios de enero. “Es un espectáculo muy sencillo, en el que recupero la presencia como manipuladora, sin cuestiones complejas como luces o proyecciones de montajes anteriores. Está lleno de detalles preciosistas”, explica.

Al preguntarle cómo acaba una argentina fundando su propia compañía de teatro de títeres en plena Sierra Sur de Jaén, ríe y contesta: “La vida es curiosa”. Ella ha vivido, después de salir de Argentina, en París y Sevilla y, por casualidad, en Mancha Real, conoció a Paco Toro, técnico de Cultura de Alcalá. “Nos invitó a organizar una función en Alcalá y, a partir de ahí, comenzaron a surgir proyectos”, recuerda. Y, desde entonces, trabaja desde allí, cultiva con mucho amor el teatro de títeres en esta fecunda tierra.