Curro Díaz y El Fandi abren la puerta grande de Cazorla
Puerta grande para Curro Díaz y El Fandi en Cazorla en una corrida con ambiente torero ante una ganadería que, si bien anduvo justita de presentación, sacó fondo y calidad si se adoptaba la religión de que la suerte de varas fuera casi un simulacro. No obstante, valió para que el público se divirtiera y que los tendidos fueran, en ocasiones, una gran fiesta. Cazorla conforma una “Torre de Babel” de aficionados serranos. Entre el público no solo hay gente del pueblo, sino muchos otros venidos desde La Iruela, Santiago-Pontones, Mogón, Villacarrillo y Quesada, entre otros municipios, que ven en este coso un lugar para disfrutar de la tauromaquia en su tierra.
Curro Díaz demostró que pisa un sitio “de oro”. Cuidó al primero en los dos tercios antes de coger la muleta para sacárselo a los medios en un trasteo muy elegante. La primera serie la usó para abrirle los caminos al animal y alentar su embestida. En la segunda empezó a torear en redondo con mucho gusto. Sin mover las zapatillas de la arena se lo enroscó en la cintura pintando bellos pasajes. No le apretó demasiado para que no se le cayera y aguantó la falta de fijeza de un animal que protestaba y soltaba la cara demasiado. Acabó con unos bellos ayudados por bajo, que le valieron para conseguir un trofeo. El cuarto estaba más cuajado, pero algo más agarrado al albero. Le costaba más romper para adelante. Curro le hizo un bonito quite por chicuelinas antes de comenzar la faena de muleta. Le dio dos buenas series en redondo y otra al natural para acabar casi robándole los muletazos. Con dos circulares invertidos y otro en redondo puso en pie a la plaza, que le concedió los dos trofeos después de una buena suerte suprema.
El Fandi comenzó la faena de su primero con las dos rodillas en tierra. Le dio tiempo al toro en las series para que sacara embestidas más largas y anduvo muy comunicativo con el tendido. Calentó a la plaza con dos molinetes de rodillas y otros dos en pie en el epílogo de la faena. No estuvo bien con la espada, por lo que se conformó con un trofeo. Del quinto, premiado con la vuelta al ruedo, consiguió las dos orejas y el rabo. Fue gracias a una faena poderosa con muchos muletazos, que sí que caló en los tendidos. A Cazorla le gustó su disposición, que quedó clara desde que lo recibió con una larga cambiada en el tercio.
Michelito es un torero en construcción, por lo que compararlo con Curro Díaz y el Fandi no sería justo. La afición cazorleña estuvo, desde el primer momento, muy entregada con su labor. Al tercero de la tarde lo recibió a la verónica con mucha soltura con cuatro verónicas y dos chicuelinas. No obstante, el animal andaba bastante rajado, lo que hizo que Michelito no lo pudiera sostener bien en unos terrenos apropiados para construir la faena. Sin embargo, se afanó para conectar con el tendido en una faena entretenida para el público de Cazorla.
Con el sexto Michelito tuvo pasajes buenos sobre la mano derecha. Al final, acabó en el sol con muletazos en los que miraba al tendido que fueron el epílogo de una corrida de toros entretenida para el público y que no presentó excesivas dificultades para los diestros. Curro Díaz y El Fandi abrieron la puerta grande, mientras que Michelito se fue a pie porque anduvo mal con los aceros en el que cerró plaza. Lo hizo guardia en dos ocasiones y no tuvo atino con el descabello.
Cazorla es otra de las plazas claves en el mapa taurino jiennense y ayer volvió a demostrar que tiene una afición con ganas de toros. Desde primeras horas de la tarde, los aledaños del coso se conviertieron en una fiesta, mientras que aún por la noche se hablaba de toros. A Curro da gusto verlo por donde va. No solo es capaz de cogerle al toro la altura, la distancia y la velocidad en un instante, sino que, además, compone maravillosamente. Y a El Fandi es difícil mojarle la oreja. Por eso, los dos triunfaron en Cazorla.