El Cirineo, 126 años tras Jesús Nazareno

17 feb 2018 / 11:09 H.

La costumbre dieciochesca de colocar una suerte de horquilla tras la imagen de Nuestro Padre Jesús para sostener el último tramo del madero evolucionó felizmente hacia la conversión de dicha pieza en una talla que, en Jaén, es todo un símbolo sentimental: el Cirineo. Obra del escultor valenciano Luis Montesinos, bendecida en 1892, desde el Viernes Santo de ese mismo año alivia la fatiga del Nazareno de los Descalzos. Simón de Cirene, que según los evangelistas “venía del campo” y a quien “obligaron a llevar la cruz”, es, aquí, un “embajador” cotidiano de los jiennenses cerca del más querido de sus “convecinos”, El Abuelo, y la más lograda encarnación del sentimiento local hacia Jesús. Tan de Jaén es el Cirineo que su rostro es la copia exacta del de Tomás Cobo Renedo, un decimonónico funerario que, además, capitaneaba, en aquel tiempo, la Congregación de Soldados Romanos, institución que costeó la imagen. Por su significación, por su importancia en la religiosidad popular de aquí, este “Sábado de Poesía” exalta la figura de Simón de Cirene.