El linarense Kiko Jiménez, fuera de la casa de GH VIP

Críticas por una concentración en el municipio para salvar al concursante

13 oct 2019 / 12:31 H.

El 72,9% de la audiencia habló para decidir que Kiko Jiménez abandonara esta semana la casa de Gran Hermano VIP. Lógico, pues el linarense se enfrentaba a los poderes esotéricos del maestro Joao y a una incombustible Adara, que, ni con la entrada en la casa de Pol Badía, protagonista de la historia de amor que vivió en su edición de Gran Hermano, va a dejar de dar guerra a sus “compis”.

El ya exconcursante no ha sido muy querido por el público, por lo que no era difícil vaticinar que sería él el seleccionado por la gran mayoría de los televidentes para abandonar la casa más vip de la pequeña pantalla. No era fácil el panorama que le esperaba fuera a este linarense, conocido por su participación en el programa del mismo grupo Mujeres y Hombres y Viceversa —ahora presentado por Toñi Moreno en Cuatro— y por su relación sentimental con la hija de la “más grande”, Gloria Ortega.

Tras su ruptura pasó, según él mismo, “el mejor verano de su vida” con otro rostro conocido de la televisión, Sofía Suescun, que también cuenta con su recorrido particular por los programas de Mediaset. A Suescun no le sentó nada bien los “tonteos” de Kiko con Estela —concursante de Gran Hermano VIP y esposa de Diego Matamoros—, por lo que decidió romper su relación con él mientras Kiko aún concursaba en la casa. La expulsión del linarense sirvió para que el programa preparara el reencuentro de una pareja que, según el panorama que había sobre la mesa, no brillaba por su dicha. Ambos intentaron hacer las paces entre un Kiko que aseguró que lo suyo con Estela era simple amistad y una Sofía que, a juzgar por sus palabras, no terminaba de creérselo. ¿Qué pasó? Aún está por resolver. Aunque, aparentemente, siguen juntos y no hay muestras de que sus vidas tomen caminos separados tras el regreso de Kiko.

En Linares se intentó evitar la expulsión del concursante a través de una “macroconcentración” que más bien se quedó en mini. Así, sus familiares y unos veinte —quizás treinta— linarenses se citaron en la Plaza San Juan Bosco, o como se suele conocer, el parque de San Agustín. Hasta allí se desplazó una cámara de Sálvame para vivir el momento, que no estuvo exento de críticas en redes sociales, donde los propios linarenses aseguraban no entender como sus convecinos secundaban este tipo de quedadas.

En definitiva, Kiko se convirtió en el cuarto expulsado de Gran Hermano VIP, por lo que este año no será un jiennense el ganador del concurso, como sí ocurrió en la última edición del DÚO, donde la modelo iliturgitana María Jesús Ruiz se hizo con el maletín. Otra vez será, ahora lo que le toca a Kiko es su periplo por los platós.