El maestro vuelve para alzar su voz

El artista ubetense se recupera de su última operación y asegura que volverá a los directos para reencontrarse con sus seguidores y fieles admiradores

15 mar 2020 / 11:01 H.
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Toda una vida en los escenarios. Así se resumen los años de canciones y conciertos de uno de los artistas más importantes de la música española. Hace un mes, Joaquín Sabina sufrió un varapalo profesional al caer del WiZink Center deslumbrado por un foco, el músico, que celebraba además su 71 cumpleaños, cayó a plomo desde el escenario situado a una altura de unos dos metros, por lo que tuvo que ser tratado por el equipo médico en el mismo foso antes de ser evacuado en camilla.

Tras esto le tocó recibir una operación por un derrame en la cabeza que se saldó con pleno éxito, Después, fue el 23 de febrero cuando recibió el alta tras todo lo acontecido. Ahora, el artista no se apea del escenario y mientras se recupera favorablemente de todos los problemas, ya tiene claro que antes o después volverá al ruedo. Y es que así ha sido siempre, desde que comenzase su carrera. Sus inicios fueron entre la poesía y las letras que le dejaba la inspiración de su primera novia y de ahí en adelante salieron las primeras composiciones, las notas mágicas con las que el artista formó al maestro y este a la persona que hay detrás de Sabina.

De esta forma, en 1978 llegó su primer disco, Inventario, con diez temas que financió él mismo con una edición física de 1.000 ejemplares. Tras este fueron surgiendo otros proyectos para el autor, aquellos con los que fue haciendo que su figura fuese más grande y que le sirvieron para continuar haciendo aquello que amaba mientras daba más conciertos y conseguía que su nombre fuese cada vez más conocido entre el público y las salas para actuaciones.

En aquellos años llegaron Calle Melancolía, Pongamos que hablo de Madrid, Y nos dieron las diez, Esta boca es mía, El rocanroll de los idiotas o Contigo, pero fue en 1999 cuando llegó la que para muchos es considerada la gran obra de Sabina, 19 días y 500 noches, un disco que el mismo artista reconoce que se creó en su etapa más alocada, manteniéndose a base de whisky, cocaína y café. De esta forma, Sabina despachó más de medio millón de copias de 19 Días y 500 Noches, su undécimo y aclamado disco de estudio, editado en septiembre de 1999 como colofón a una etapa de su vida totalmente excesiva en todos los aspectos. Después llegaron otros éxitos, numerosas canciones con las que el artistas seguiría dejando presente su gran legado. Prueba de ello es que nos e baja de los escenarios a pesar de las grandes adversidades que le han acontecido durante todo este tiempo, achaques que en los últimos años han sido cada vez más evidentes y se han sucedido con mayor rapidez cada vez, sin embargo, su actividad no cesa porque, tal y como hacen los grandes, pretende seguir “dándolo todo” en directo hasta “que aguante”. La prueba del paso del tiempo de sus éxitos está en que tanto jóvenes como mayores recuerdan y saben tararear algunos de sus temas. La nuevas generaciones musicales lo tienen como referente y lo homenajean en proyectos como Ni tan joven ni tan viejo, disco recopilatorio del artista que salió a finales de 2019 y, lo más importante, su prosa, su lírica y sus melodías tienen algo que consigue enamorar a propios y a extraños pasen los años que pasen, ya sea durante 19 días, 500 noches o por toda una eternidad musical.

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