“El pasado nunca muere”, lo nuevo de la serie “Entreolivos”

El “prime time” de Canal Sur incorporó “Entre olivos”, coproducción andaluza-mexicana que combina intriga y drama y cuyo argumento gira en torno al mundo de la producción y exportación del aceite de oliva. Mañana llegará una nueva entrega de la serie con el capítulo “El pasado nunca muere”.

En el nuevo episodio, las imágenes del pasado responden en parte a los misterios e intrigas que envuelven a la familia Peña. Rafaela llena de dolor, quebrada e insegura. Sufre pesadillas cuando hace un repaso de su vida.

La trama relatará las aventuras entre Mario y Estela, que atraviesan un momento difícil en su relación. Ella siente el apoyo de Sepúlveda. Ahora que Mónica es accionista mayoritaria de SpanishOil, las dos hermanas conversan sobre los cambios que se producirán en su distribución. Charo e Isabel deciden pasar juntas un día en la playa. Una sensación nueva se cruza entre ambas y esto hace que se produzca un cambio inesperado en su relación de amistad. Rafaela ofrece a Francisco Núñez cerrar las heridas del pasado porque el dolor y el resentimiento no hacen buena liga. Él se ha quedado colgado en el pasado y Rafaela le da a entender que debe mirar hacia delante. Aparece una sombra de sospecha y la novela de misterio de “Entreolivos” comienza a esclarecer. La serie cuenta la historia de una empresa exportadora de aceite de oliva, presidida por Doña Rafaela, papel que interpreta Pastora Vega. Su hermana (Ana Ruiz), por su parte, es una famosa diseñadora de moda en Nueva York. El papel de la hija de esta recaerá en María Ramos. La ficción reflejará la lucha de tres generaciones de mujeres en su intento por llevar a lo más alto la compañía aceitera.

Durante los 8 meses de duración de su producción y postproducción, “Entreolivos” contó con el trabajo de más de 500 profesionales, más de 400 de ellos andaluces, 300 figurantes y más de 70 técnicos. En estos meses de rodaje la trama de la serie ha llevado a su equipo por escenarios exteriores de Jaén, Huelva, Córdoba, Cádiz, Almería y Málaga y en interiores y exteriores naturales de Sevilla, Miami, Ciudad de México y Cancún. La ciudad de Úbeda fue uno de los escenarios elegidos para acabar el rodaje de su primera temporada. El municipio se convirtió, por un par de días, en un plató de televisión. Las plazas de Vázquez de Molina y Olivares de la ciudad fueron improvisados platós donde se grabaron algunas escenas de la serie que emite Canal Sur. Además, la productora de la serie realizó, en la sacristia del Hospital de Santiago, un pequeño castin para elegir a treinta personas que participaron durante la grabación del final de la temporada como figurantes.