Instrumentos con 400 años se convierten en una oportunidad
Instrumentos y partituras escritas hace quinientos años se han convertido en una oportunidad para músicos profesionales. El Conservatorio Superior de Música de Jaén acogió un taller de música barroca, en el que participaron alumnos de toda España.
El Conservatorio Superior de Música de Jaén (CSMJ) fue lo más parecido a la cámara de un palacio del siglo XV. Xavier Puertas —profesor del Taller Barroco incluido en el Ciclo de perfeccionamiento musical organizado por el centro en colaboración con la Universidad Internacional de Andalucía—, cargó un camión de contrabajos barrocos, violones y arcos de los más variados materiales y tamaños, y los trasladó hasta Jaén. “Hay muy pocos centros en los que se estudie instrumentos renacentistas. En los talleres, apenas se aborda. Somos uno de los pocos centros que profundiza”, explicó la directora del CSMJ y del ciclo, Inmaculada Báez.
El Conservatorio Superior de Música de Jaén (CSMJ) fue lo más parecido a la cámara de un palacio del siglo XV. Xavier Puertas —profesor del Taller Barroco incluido en el Ciclo de perfeccionamiento musical organizado por el centro en colaboración con la Universidad Internacional de Andalucía—, cargó un camión de contrabajos barrocos, violones y arcos de los más variados materiales y tamaños, y los trasladó hasta Jaén. “Hay muy pocos centros en los que se estudie instrumentos renacentistas. En los talleres, apenas se aborda. Somos uno de los pocos centros que profundiza”, explicó la directora del CSMJ y del ciclo, Inmaculada Báez.
En su centro se imparte la asignatura de Instrumentos Afines en las modalidades de cuerda. Lo justifica el auge de festivales y grupos de música antigua, que son ya un nuevo espacio para intérpretes profesionales. Lo corroboró el lutier Jaume Albors, que viajó junto con algunos de sus instrumentos hasta Jaén y convirtió el aula, no solo en una cámara barroca, también en un pequeño museo. “Esta música ha vuelto a florecer. Hay un intenso reclamo”, apuntó. No se atreve a decir por qué, pero sí sabe qué le atrajo de estos instrumentos y composiciones, en los que centró su interés al jubilarse, tras treinta años como músico sinfónico en el Liceo. “Es más asequible. Se pueden interpretar piezas complicadísimas, por supuesto, pero no requiere la homogeneidad, la preparación que exige la sinfónica. Se escribió para el disfrute de los que tocan y escuchan”, dijo. Es uno de los pocos lutieres en este campo. Se basa en ilustraciones y estampas de los instrumentos de los siglos XV y XVI o en los pocos originales que se conservan, casi degradados, y que reproduce a mano. Es difícil acceder a estas réplicas y el taller, que se impartió de manera intensiva, una oportunidad que atrajo a estudiantes y profesionales de toda España.
El ciclo, en el que participó un centenar de alumnos, comenzó el pasado mes de febrero y, durante varios fines de semana, se desarrollaron diferentes cursos de perfeccionamiento musical en instrumentos como Clarinete, Tuba, Contrabajo, Viola, Violín o Violonchelo. Ernesto Rocío, vicedirector del CSMJ y del mismo ciclo, recordó que se desarrolla desde hace veinte años. La intención de la organización es alternar las especialidades para cada edición para satisfacer a todos los alumnos. “Son cursos personalizados impartidos por profesores de primer nivel”, como Florian Kitt o Guillermo González, cuya clase de Piano cierra hoy esta edición. Pero también marcar la diferencia. No solo lo han hecho con el Taller de barroco. En su afán por ligar adecuar la formación a la oferta laboral musical, se han convertido en de los pocos en preparar a sus alumnos en la Programación de actividades culturales. Este taller fue un éxito, en febrero.