Un cowboy de Jaén muy especial

El teatro Calderón de Madrid es, más que caldero, una tarta de seis pisos, porque está de dulce, con otras tantas filas de palcos en las bandas que van desde el patio de butacas hasta el gallinero desde el que se ofrece, en esas estratosferas cósmicas, un contrapicado de vértigo, para dar emoción, como cuando despega un avión.

27 sep 2015 / 08:43 H.

Es una “cucada” arquitectónica y uno de los espacios escénicos más emblemáticos de Madrid. En él, el cómico David Navarro estrenó su espectáculo Cowboy Espacial, un amplio monólogo aderezado con imágenes, canciones y música en directo que descubren una faceta inédita del jiennense. El resultado fue una hora y media de carcajadas y aplausos de un público entusiasta y predispuesto a pasárselo requetebién con uno de sus cómicos favoritos. A David Navarro lo arroparon en el estreno numerosos amigos y familiares, desplazados desde Jaén, Andújar, Linares… y otros residentes en Madrid, además de público en general. La obra se repetirá todos los viernes, a partir de las 22:30 horas.
David Navarro cantó tres temas nacidos de su propio cuño y producidas por Pachi García “Alis”, de Baeza: Me encanta dormir la siesta, Indignado y Cowboy Espacial, este último tema comparte nombre con el propio espectáculo. “Me encanta dormir la siesta hasta que el sol desaparezca y la luna me despierta”… dice la canción y, al igual que las otras dos, su ritmo es pegadizo y su letra, también. Cada una de los temas iba acompañada de su correspondiente vídeo proyectado sobre el decorado. Fueron realizados por Paco Cuenca y producido por Estudios La Mundial; Elena Díaz, con sonido de José Pérez de Sonoarte, y Javier López de 3visual.
animación. Hubo un cuarto vídeo para un diálogo entre David Navarro y su propio dibujo animado un tanto cascarrabias y protestón. Durante las canciones, el cómico estuvo acompañado de la banda formada por Diego Illán (batería), Raúl Espiñeira (bajo) y Andre Espiñeira (guitarra). Los tres músicos formaban parte viva de la decoración, como si posaran en tres escaparates diferentes. El decorado es obra de Chus López, el cartel de Elena Díaz y la producción de Promotora 600’NS.
Como, a pesar de todo, el espectáculo es un monólogo, aunque llevado a un plano mucho más rico, Jaén y lo jiennense, como en todas las creaciones de Navarro, fueron el leitmotiv. El cómico explicó que, de pequeño, quería ser “cowboy” espacial, una profesión que su entorno no conseguía entender, aunque sí podía aceptar que estudiase para vaquero o astronauta, pero las dos cosas juntas, no. Con ese hilo conductor, David Navarro deshilvanó una serie de situaciones obvias, lógicas, absurdas, evidentes y paradójicas que hacían que el público se desternillase de risa sin apenas dejar un resquicio para recuperar el resuello entre continuos aplausos. “Este espectáculo es un experimento y me apetecía mucho hacerlo, porque me gusta innovar en la comedia y también me gusta la música y la canción. He querido introducir el pop con el monólogo y las imágenes y por lo que se ha visto de cómo el público ha respondido, parece que ha sido un acierto”, comentó David Navarro tras su actuación. “Han sido varios meses de trabajo —añade— y hay mucha gente detrás que lo ha hecho muy bien”. También indicó que, durante el estreno, se sintió muy tranquilo sobre el escenario porque era un espectáculo muy bien preparado. “Hoy en día hay demasiada competencia en lo que se refiere a la comedia y hay que innovar y ser original”.