Paso firme sobre las tablas

Ysi la posición de nuestro corazón condicionara nuestra forma de ver el amor?”. Esta es la pregunta con la que se presenta Dextrocardiaco, obra de teatro inspirada por la novela homónima de Juan Arcones con la actriz jiennense Alba (Pérez) Fontecha en su reparto, al lado de Ventura Rodríguez, Brays Efe, Laura Put y Javier Santiago. En cartel en el Teatro Lara —mañana es la última función de la temporada, tras pasar también con éxito por Nave 73— este es uno de los primeros proyectos profesionales con los que la joven comienza a conseguir notoriedad en un nada sencillo mundo de las artes escénicas, obra que, además, ha recibido excelentes críticas. “Conocí a Juan Arcones, que venía del mundo del cine, cuando empezaba la adaptación de la novela. Le ayudé a entenderlo de una forma más teatral”, recuerda la intérprete. De las dos protagonistas femeninas, él quiso que Alba fuera “María”: “Nos dejó mucha libertad para crear los personajes desde el dibujo que nos dio. Ella se caracteriza porque huye del conflicto, es alegre, la que une al grupo y muy espontánea”.

Esta semana preparan la última función para cerrar —por ahora— Dextrocardiaco, obra que ha compaginado en los últimos meses con Capullos que vuelan, de Lluis Mosquera. “Hicimos la última función a finales de diciembre en la sala Azarte, en la que estuvimos desde agosto. En abril, comenzaremos una segunda temporada y, mientras tanto, la llevaremos a Valencia y a Alicante”, adelanta. Este es un proyecto muy especial para la actriz jiennense porque es la historia de cuatro jóvenes que representan a una generación “obligada a soñar sin hacer mucho ruido”. Sus protagonistas han puesto mucho en su creación de este montaje porque, al fin y al cabo, es su “propia” historia: “La obra habla de eso porque nosotros somos así. Ni con dos obras en cartel a lo largo del año podemos vivir de lo que hacemos. Cuando empezamos a prepararla no podíamos quedar a ensayar porque todos tenemos otros trabajos”. Este es el tercer año que la joven actriz reside en Madrid, ciudad a la que se trasladó tras formarse en Granada, a la búsqueda de oportunidades. Compagina, de esta forma, los proyectos que le surgen, con una formación continúa —“Siempre estoy estudiando. Ahora hago entrenamiento actoral con Juan Codina. Hay que estar preparada para el momento que llegue la oportunidad”, explica—, pruebas de selección y un trabajo de camarera: “Es la forma de mantenerme para hacer lo que quiero y cada vez dedico más horas a los trabajos de actriz. El año pasado fue bueno”.

“Ahora que salimos de Madrid con Capullos, me gustaría llevarla a Jaén, nunca he actuado allí, solo cuando empezaba, cuando todavía no se me pasaba por la cabeza dedicarme profesionalmente a la interpretación”, reconoce. De hecho, recuerda, empezó en los talleres de La Paca, con la intención de “quitarse la timidez”. Ahí le picó “el gusanillo” y tomó la determinación de hacerse profesional. Camino en el que está, en el que pisa cada vez más fuerte.