“Tocar con un Stradivarius es el sueño de cualquier músico”

La historia de este violín comienza en 1691, cuando sale del taller del más famoso luthier italiano, pero no es hasta hace poco más de dos meses, en diciembre, cuando llegó hasta a las manos de Vicente Cueva. El que fuera profesor durante cuatro años del Conservatorio Superior de Jaén se convirtió, de esta forma, en el único en España con un violín construido por Antoni Stradivari. Y detrás de este “sueño cumplido para cualquier violinista” hay un proyecto cargado de matices, algunas casualidades y mucho interés.

Vicente Cueva es uno de los violinistas más destacados de su generación y, en su interminable currículum, destaca su paso como primer violín de la Orquesta Nacional de España y más de nueve años en la de Radio Televisión Española, además de ser, en la actualidad, solista invitado de la Sinfónica de Bilbao. Su último proyecto es Partita Shoah para violín solo y templo sagrada: “Este es un disco dedicado a la memoria del Holocausto, el primero que se hace íntegramente con este fin. La música es de Jorge Grundman, músico madrileño cuyos abuelos murieron en el gueto de Varsovia a manos de los nazis. Él ha escrito una partita para violín solo y cada uno de los movimientos está dedicado a cada uno de los campos de concentración y guetos. Una forma de hacer que la memoria de lo que allí sucedió no se olvide”, explica el violinista.

el violinista judío. “La idea era grabar este disco con un instrumento histórico”, reconoce. Y el destino quiso que esta joya de Stradivari llegara a sus manos. El violín Antonio Stradivari “Auer” de 1691, fue cedido al músico español por Roger y Huguette Dubois, propietarios del Grupo Canimex, establecido en Quebec (Canadá). “Tiene 326 años desde su creación. Ha llegado a nuestros días en un estado increíble y con un sonido espectacular”, asegura. “Este tiene una connotación muy bonita. Siempre los violines de Stradivari tienen un sobrenombre, que suele corresponder al violinista o el propietario más famoso que los ha tenido en sus 300 años de historia y este perteneció a un violinista judío como fue Leopold Auer, creador de la escuela rusa, que además fue el profesor de todos los grande violinistas judíos del siglo XX”. La idea es presentar el disco a finales de abril, en Toledo, el día 24, como adelanta y, después, la gira dará la vuelta al mundo e irá a Nueva York, París y Berlín, entre otras ciudades.

En España, es, por esta serie de circunstancias, el único violinista con un Stradivari, pero no el único músico. “También está el violonchelista Pablo Ferrández”, detalla. Este tiene el violonchelo Stradivarius Lord Aylesford, perteneciente a la prestigiosa colección de la Nippon Music Foundation, en calidad de préstamo artístico. “En España también tenemos, en el Palacio Real, el conocido como Cuarteto Real. En la mayor parte del tiempo están expuestos; solo se utilizan en conciertos organizados por Patrimonio Nacional”, destaca el violinista.

Fue en diciembre cuando el violín de Stradivari está en su poder y cuenta que la vida le ha cambiado porque tiene que guardar unas medidas de seguridad muy especiales. No puede ir por la calle tranquilo, dice. Eso sí, es muy difícil que se lo roben. “Aunque exista un mercado negro, es muy complicado venderlo porque todos están catalogados”, detalla. Así que más que “miedo” a que se lo roben siente la responsabilidad de tener un instrumento histórico: “Durante el tiempo que esté conmigo, un año, dos o toda mi vida, mi objetivo es devolverlo en la mismas condiciones”. Eso sí, ya ha conseguido el sueño de “cualquier violinista”, como reconoce. “Yo tengo un magnífico violín de 1780, que suena increíble, y nunca pensé que tendría uno de Stradivari”, reconoce.

Pero, ¿qué lo hace tan especial? “Sus instrumentos tienen ‘algo’ en su sonido que no tiene cualquier otro construido en la misma época. Siempre se habla del famoso secreto; nadie sabe si era el tratamiento de la madera o lo que hacía. Existen muchas elucubraciones y se han escrito miles de libros”, reflexiona.

el concierto. Fue profesor en el Conservatorio Superior de Jaén, durante cuatro años y el concierto de hoy en La Económica (19:30 horas) dice, es como volver a casa, acompañado por dos “musicazos” como son Jeremías Sanz y Daniel del Pino. “Me hace especial ilusión y espero reencontrarme con mis antiguos alumnos”, reconoce. “Me encantaría volver a Jaén, a este conservatorio”, añade.