Un trofeo de mus con una gran historia que contar

A veces la vida trae recuerdos inesperados en forma de regalo o sorpresa. Eso le pasó a un gran jugador de mus de la capital, Francisco Javier Aguilar Pardo, que después de diecisiete años regresa al pasado de la mano de la exposición San Lucas y Cierra España, ubicada en el bar La Barra de la capital, organizada por Diario JAÉN, en la que aparece una foto, autorizada para formar parte de la exhibición, con él como protagonista junto a su mujer, ya fallecida, Mari Carmen García, y la razón no puede ser más original.

Ambos eran grandes jugadores de mus y competían con otros amigos. En la Feria de San Lucas de 1990, los colegios de Arquitectos y Aparejadores organizaron una competición a la que ellos se presentaron como pareja. Ese día el azar no estuvo de su parte y quedaron los últimos de la clasificación, pero no por ello se quedaron sin premio, y es que el galardón de consolación fue ni más ni menos que dos cochinos, pequeños y vivos, que también aparecen en la foto junto a Paco López, el que entonces ostentaba el cargo de presidente del Colegio de Arquitectos. Un premio de lo más curioso, que después, degustaron en el chalé de unos amigos en un día que se quedó para el recuerdo.

Ahora, casi veinte años después, las fotografías que Diario JAÉN ha seleccionado para contar la historia de la capital de los últimos setenta y seis años, le han servido para volver a recordar tiempos felices y marcados de su vida. “Me sorprendió mucho enterarme de que salía en una de las fotografías, al mismo tiempo que sentí ilusión por los momentos compartidos con mi mujer y mis amigos”, comenta Aguilar. Un experto en este juego que aún practica con sus más cercanos de forma esporádica y que ha participado en múltiples campeonatos con una agrupación de amigos y aficionados a esta disciplina que se hacían notar, ya que esta pareja tuvo más suerte en otras ocasiones y llegaron a ganar el Campeonato de Mus Ciudad de Jaén, que tenía un gran nivel. Otra de las grandes sorpresas que se llevó es la cantidad de llamadas de amigos y antiguos compañeros para mostrarle su alegría al ver esta foto, como ejemplo de la felicidad y unión que sentían en esa época.

Pero esta alegría no solo es para él , sino que una de sus hijas, Irene Aguilar, que en el momento de la foto no había nacido, está encantada de poder ver a sus padres “tan jóvenes y tan felices” y no quiso perderse la oportunidad que le brinda el diario de poder ver de cerca esta foto. Una historia original y emotiva que surge gracias al trabajo de setenta y seis años de un periódico de la tierra y que permite conocer, un poco más, a algunos de sus vecinos. En esta ocasión, le ha tocado a Francisco Javier Aguilar y a sus hijas, que resume este divertido relato, como no podía ser de otra manera, con el mus. “Me habéis traído muchos recuerdos, ya que el mus era la excusa, pero la amistad era lo verdadero”.