Una vida dedicada al arte y a la arquitectura

Alfonso Rodríguez presenta en la capital su nuevo libro

08 dic 2018 / 16:38 H.

—Según el título de su libro, ¿cómo debe ser la mirada que tenga de un arquitecto?

—Ante todo, sincera. Eso lo resume todo. El arquitecto tiene que ser un humanista en todos los campos. Debe estar en una búsqueda incansable de la luz y la creatividad, desde una honradez que derive de la honestidad.

—La mirada del arquitecto recoge dibujos y acuarelas de los últimos 25 años. ¿Son suyas?

—Aparezco en el ámbito de la acuarela en 1987, hace casi 37 años. Fui a la Escuela de Arquitectura, donde me formé con José Luis García Campos. A partir de ahí, desarrollé mi camino. Me interesé mucho por los temas creativos. Durante estos 25 años me dediqué a la arquitectura, pero siempre he estado dibujando, hasta la fecha. En 2007, con esta crisis brutal, me encontré un fondo ausente de luz. Y la busqué. La hallé en el dibujo y la fomenté. Así, las lagunas que viví con la arquitectura las sustituí con el arte.

—¿Es esa búsqueda de luz una metáfora en su vida y trabajo?

—Así es. Para un creativo y una persona con sensibilidad, la luz es lo que mantiene esa llama. Puede tener más o menos fuerza, pero es el elemento que hace que te mantengas, cada día, en este tipo de profesión. Quien encarga o valora la obra, al final, te apoya.

—¿Qué criterio utilizó para seleccionar las obras que componen su libro?

—Me he basado en mi bagaje de tantos años. La frescura aparece en los años jóvenes y la madurez cuando ya uno tiene cierta edad. Profundicé más a partir de 2012. En ese momento aparece, realmente, el dibujo en primer plano. En esa fecha realicé varias exposiciones y me he sentido siempre arropado y cubierto por Diario JAÉN. Seleccioné mis trabajos, lo que permitió que me valorasen a la hora de encargarme ciertos carteles. Marqué así hitos dentro del libro en función de mis experiencias personales. En él explico la implicación de un creativo en cada obra. Yo, por ejemplo, me implico lo mismo en arquitectura que en el dibujo, decoración o forma de ser. La acuarela depende de uno mismo, no de un encargo, que es algo que odio. Esa es la diferencia. En el ámbito gráfico, eres dueño del tiempo. Trazo a mi gusto y ritmo.

—¿Cuáles son las similitudes entre al arquitectura y el arte?

—La pureza. Eso es esencia. Son distintas raíces dentro del mismo tronco. La limpieza arquitectónica se traslada al arte, y al revés. Todo va unido. Un ejemplo de ello es Leonardo da Vinci. Cualquier arquitecto es un magnífico dibujante. Y así debe ser. El dibujo permite un orden que se puede trasladar a la arquitectura.

—Presentará su libro el miércoles en el Colegio de Arquitectos de Jaén. ¿Qué significa para usted celebrar este encuentro?

—Esta presentación, para mí, es un sueño hecho realidad. Durante muchos años he estado en la cima y luego, en el valle. Es el momento de reposar un poco y enseñar a los jiennenses a dónde llegar. La vida del autónomo no es fácil. Quiero demostrar que no solo somos arquitectos, sino pintores que marcamos una línea que seguimos hasta el final. En el libro trato tres tierras: Jaén, provincia, de la cual soy un enamorado; Cádiz, donde he pasado los mejores veranos de mi vida, y Sevilla, donde hice mi carrera.

—¿De quién estará acompañado el día de su presentación?

—Estará el arquitecto Emilio Sánchez, gran amigo mío, que me hizo el prólogo del libro. En esta diáspora arquitectónica encontró la luz apoyando a los demás y me recordó que hay que ayudar al joven y a la persona mayor. También contaré con Pedro Cámara, decano del Colegio de Arquitectos. Él es una persona sensible y muy buen profesional. Es un orgullo que represente a nuestro colectivo. Finalmente, estará Jesús María García Calderón. Es un lujo contar con él. Dará una charla titulada La ciudad histórica documentada como un logos sumergido. Es una persona formada jurídicamente, ya que fue fiscal jefe de Andalucía, desde que murió Luis Portero. Él es director de la Academia de las Bellas Artes de Granada.

—¿Cómo es el perfil del lector que leerá su libro?

—Yo no soy un gran escritor. Me muevo más en la parte gráfica. Sin embargo, el lector tiene que ser una persona abierta y con una mentalidad creativa. Debe ver que todo lo que hay detrás de este libro es fruto de un esfuerzo desmedido y de alguien que es incapaz de enseñar nada que no le guste. Día a día, trabajo por ser un buen profesional. Eso es lo que quiero transmitir. Espero que disfrute entre estas páginas, que mantienen la luz y la sensibilidad.

—En el ámbito arquitectónico, ¿cómo evolucionó Jaén durante este último cuarto de siglo?

—Jaén es una ciudad complicada. Los últimos años fueron muy duros. Soy muy políticamente correcto en ese sentido. Podría decir que, en el ámbito arquitectónico, puntualmente, hay buenas obras, pero falta coherencia en el desarrollo de la ciudad. Echo de menos la complicidad entre las fuerzas políticas para luchar por Jaén.

—¿Tiene pensado realizar alguna otra presentación?

—Me gustaría presentar la exposición que hay en el libro de Cádiz, allí, así como la de Sevilla. En tierras gaditanas ya tuve el honor de exponer. En la capital andaluza aún no lo he hecho, pero me encantaría hacerlo pronto.