Viena baila en el mar de olivos

La Johann Strauss Orchestra llena el “Infanta Leonor” con el Gran Concierto de Año Nuevo

03 ene 2016 / 10:27 H.

Jaén se transformó ayer en una gran ciudad imperial. El Nuevo Teatro Infanta Leonor y con ello, los más de medio millar de asistentes que llenaron el espacio se vistieron de gala para recibir 2016 con un concierto “de lujo” que trasladó al público hasta la misma Viena imperial. La Johann Strauss Orchestra llegó hasta la capital para ofrecer, junto con el Strauss Festival Ballet Ensemble, el Gran Concierto de Año Nuevo, inspirado, cómo no, en la célebre cita musical que cada 1 de enero tiene lugar en la capital del Danubio, con una atractiva selección de los mejores valses, polcas y marchas de Strauss.

Antes de saltar a las grandes salas de conciertos y de retransmitirse por televisión a todo el mundo, los bailes eran interpretados por orquestas de cámara y sonaban en las más elegantes salas de los palacios para una distinguida aristocracia, ávida de los éxitos de Strauss. Precisamente, ese espíritu es el que pretendió recuperar The Original Johann Strauss Orchestra con su gran actuación para dar la bienvenida al año en la capital jiennense. Entre aplausos recibió el público a cada uno de los componentes de la prestigiosa formación. Primero estuvieron acompañados de su director, Dmitry Filatov. Con la batuta del talentoso artista arrancaron la actuación. La obertura de El barón gitano, con partitura y música de Strauss, dio comienzo a una mágica noche con la armonía sigilosa y rítmica de una opereta que se completó con el aria cantada por la soprano búlgara Zornitza Damianova. La cantante acompañó a la orquesta en varias piezas del repertorio.

El brindis y los “fuegos artificiales” llegaron de la mano de los bailes y polcas inolvidables que puso en escena el cuerpo de danza de la Strauss Festival Ballet Ensemble. El primero de ellos fue el Vals del Tesoro. El ballet fue el encargado de dotar al programa de un verdadero carácter escénico, a través de estilizadas coreografías y luminosos vestuarios creados para ilustrar algunos de los números musicales, en los que la fantasía echó a volar para restituir de algún modo una parte esencial a aquellas piezas que fueron concebidas para acompañar la danza.

El programa, dividido en dos partes, incluyó los títulos más conocidos del “rey del vals”, como son Napoleón, El Murciélago, El vals del emperador o Champagne. Tampoco faltó en el repertorio el vals más célebre de todos, Cuentos de los bosques de Viena, ni la polca rápida Con Vapor, acompasada con las palmas del público y un capitán de barco que salió del escenario con gorra de plato y silbato incluidos para dirigir al público. El concierto es uno de las citas musicales más esperados de la temporada, por el extraordinario clima festivo que lo envuelve y por la participación del público.