Cumbre olímpica en Linares

La España de Martín, Epi y Corbalán jugó ante Polonia y la URSS antes de la plata del 84

20 abr 2020 / 12:09 H.
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Por dos días Linares fue olímpica con un torneo de baloncesto con una selección española con una de las mejores generaciones antes de la irrupción de Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, Marc Gasol, Garbajosa, Calderón o Ricky Rubio. Finales de abril de 1984, año olímpico con los Juegos de los Ángeles. España, dirigida por Antonio Díaz Miguel, quería confirmarse entre la élite. El cuarto puesto logrado en el Mundial de Cali (Colombia) y la plata del Europeo de Limoges y Nantes (Francia) fueron dos resultados extraordinarios, pero quedaba el objetivo de lograr la plaza para la ciudad estadounidense en el Preolímpico y después buscar el podio en Los Ángeles.

El Torneo Internacional de Linares se celebró los días 27 y 28 de abril de hace casi 36 años. El Pabellón Julián Jiménez Serrano, el templo del deporte linarense, se vistió de gala para acoger una competición de ensueño con un cartel formado por España, la Unión Soviética, que finalmente no estuvo en los Juegos por el boicot de algunos países del bloque del Este, Israel y Polonia. La URSS, con la pareja formada por Tkachenko (2,20 metros de estatura) y el joven Sabonis (2,21), arrolló a España en la final por un contundente 117-94, con un parcial de 55-50 en un abarrotado pabellón, mientras que Polonia fue tercera después de imponerse a Israel por 80-75. La selección se presentó en Linares con 10 de los 12 jugadores que, posteriormente, conquistaron la medalla de plata en el Fórum de Los Ángeles ante Michael Jordan, Chris Mullin, Patrick Ewing y Sam Perkins, entre otros. Jordi Villacampa (Joventut de Badalona) y Rafa Martínez San Segundo (CAI Zaragoza) fueron elegidos en lugar de José María Margall, que no viajo por una reciente paternidad, y José Manuel Beirán. Ellos sí estuvieron en la cita olímpica y subieron al segundo peldaño de un histórico podio. En Linares, España ofreció dos imágenes bien distintas. En la semifinal ganó con una superioridad total a Polonia por 100-71, mientras que la Unión Soviética sufrió más de la cuenta contra Israel, a la que venció por un espectacular 116-111. Berkowitz, Jansi y Aroesti brillaron el equipo hebreo gracias a su acierto en el lanzamiento exterior. En la final en el Julián Jiménez, Tkachenko y Sabonis fueron muy superiores a Fernando Romay y Fernando Martín, lo que motivó la fuerte derrota del equipo español. Los soviéticos demostraron su condición de campeones del mundo y España solo pudo aguantar el primer tiempo. Únicamente en el minuto 7 de partido, la escuadra que entrena Antonio Díaz Miguel fue por delante en el marcador (20-16). Después, el equipo soviético llegó incluso a tener una ventaja de 30 puntos y al final el marcador quedó en 117-94.

Por España jugaron Romay (12 puntos), Martín (12), Corbalán (12), López Iturriaga (26), Epi (20), Andrés Jiménez (9), Villacampa (1), Llorente, Solozábal y De la Cruz (2). Por la Unión Soviética se alinearon Sabonis (30), Valters (20), Tkachenko (14), lovaisha (8), Valdemaras Homicius (11), Eremin (2), Tarakanov (16), Lopatov (2), Mishkin (2), Belosteni (8) y Rimas Kurtinaitis (4).

La presencia de los cuatro equipos paralizó Linares durante unos días. Miguel Casado, fundado del club decano del baloncesto en la ciudad, recuerda con cariño la competición. “Fue un sueño contar con estrellas del baloncesto, como Sabonis, Tkachenko, Fernando Martín, Epi, Romay y Corbalán. Sirvió para vivir de cerca a la élite y también para promocionar el baloncesto en las escuelas con actividades paralelas”, asegura el veterano dirigente. Eusebio Castillo, el presidente del CAB Linares y exentrenador del mítico CB Santana de Liga Femenina, era un adolescente cuando se disputó el torneo. “Fue la bomba por la calidad de los cuatro equipos. En Linares tuvimos la oportunidad de tener la cercanía a los que eran nuestros ídolos, justo meses antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, una cita en la que no estuvo presente la Unión Soviética debido al boicot del bloque del Este, pero que en nuestra ciudad lució los galones de campeona del mundo. Fueron dos días mágicos y en el que disfrutamos de lo lindo”, rememora Castillo. Los dos partidos de la selección fueron el 426 y el 427 de su historia, que empezó en 1935.

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