Djokovic reina una cuarta vez en Wimbledon

El tenista serbio Novak Djokovic conquistó su cuarto título del torneo de Wimbledon, el decimotercer entorchado de “Grand Slam” en toda su carrera, después de ganar en la final al sudafricano Kevin Anderson por 6-2, 6-2 y 7-6(3), en un partido que se alargó dos horas y 18 minutos. Este tercer “grande” de la temporada sirvió al balcánico para retomar la senda del éxito, después de casi dos años lastrado por lesiones en su codo derecho y también por fases de dudas, junto a falta de motivación reconocida por él mismo e incluso rumores con inquina sobre su vida amorosa. Un periodo de convalecencia, física y mental, del cual se redimió ahora adjudicándose su cuarto trofeo en el All England Club.

“Nole” Djokovic saltó a la pista central bajo la atenta mirada del príncipe William y de su esposa Kate Middleton, duquesa de Cambridge, en compañía de la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, y su marido Philip May. Un palco de autoridades a rebosar como de costumbre, testigos del resurgir del serbio ante un rival voluntarioso pero carente de ideas en las dos primeras mangas y que ya fue a remolque. Ese comienzo sin capacidad de respuesta fue una losa para Anderson. Con todo ese cansancio en las piernas de ambos, el de Belgrado rompió el servicio de su oponente en el juego inaugural del partido y lo consolidó “ipso facto” (2-0). No concedió ni una pelota de “break” en toda la manga, quebró de nuevo el saque de Anderson en el quinto juego (4-1) y enfiló la victoria parcial a su favor por 6-2. El segundo set mostró un guion idéntico, con roturas favorables a “Nole” para ponerse 1-0 y 4-1. Tan solo varió la dinámica en el octavo juego, donde salvó un “break point” de Anderson y de inmediato cerró el marcador por 6-2. Así, la reacción del sudafricano apenas se vivió en el tramo final de la tercera manga; con 4-5 en el electrónico del estadio central del All England Club, Djokovic salvó de manera formidable un punto de set y se permitió el lujo de mandar callar a un sector del público que alentaba a su rival.

Pero ni el apoyo de las gradas fue suficiente para Anderson. El balcánico se repuso gracias a un servicio muy sólido e igualó la contienda (6-6), abocando la situación hacia una muerte súbita en la que venció por 7-3 para fraguar con ello su cuarto laurel de campeón.