El don de la ubicuidad

    11 feb 2019 / 08:53 H.

    U na expresión, esta, que usamos con demasiada frecuencia cuando queremos decirle a alguien, tratando de justificarnos de alguna tropelía mayor o menor, que no estábamos en algún sitio cuando nos hallábamos en otro. Porque ubicuidad es una palabra que deriva del término latino “ubique”, un adverbio que significa “en todas partes” y su uso viene vinculado a la presencia física de alguien, en, al menos, en más de un sitio, lo que en principio no puede decirse de ningún ser humano. ¿Pero no sería posible un milagro de manera que alguien pueda estar en estas condiciones en un par de lugares?, ¿o incluso en tres o cuatro?, ¿y por qué no?, ¿no existen los prodigios? Imitando a Jorge Luís Borges, ¿no podríamos construir un relato portentoso en torno al Real Jaén?, ¿por qué no asegurar que es este el Jaén de los milagros? Porque a fin de cuentas juega todos los fines de semana, de momento, en tres campos. No podemos engañarnos. El lenguaje adecuado y políticamente prudente al que se agarran todos o casi todos los que hablan al público es: nosotros de lo que estamos pendientes es de nosotros mismos, lo que hagan los demás es asunto suyo. Pues mentira, mienten amablemente quienes dicen esas frases habituales. Nosotros, todos los que estamos alrededor del Real Jaén, tenemos en estos momentos, contando con más o menos detalle, tres ojos y tres visiones de la realidad. Miramos hacia los tres campos en los que juega nuestro equipo porque la evolución de las condiciones en que se desarrolla esta liga ha dado lugar a eso. ¿A que sí? Es obvio: y por eso ayer, en la jornada que correspondía, nos importó y mucho saber que nuestros dos deportivos competidores se habían dejado perder cada uno dos puntos. Por supuesto que no debemos desear el mal ajeno, que, dicen, es un pecado muy gordo, pero podemos aplicar la doctrina de la equiqueya que es una interpretación benigna de la ley. En definitiva, que todo este rollo es para afirmar, de manera respetuosa y atenta (¡faltaría más!) que estamos muy contentos del tropiezo de nuestros inmediatos competidores. Que no se nos enfaden pero que comprendan nuestra alegría.