El mercado eterno

    15 ene 2018 / 09:40 H.

    Una de las sorpresas más destacadas que nos ha traído la infausta categoría que el Real Jaén ha reestrenado esta temporada ha sido la posibilidad de modificar la plantilla desde julio hasta enero, sin excepciones y sin más límites que los estructurales (22 hombres máximo, 16 de ellos mayores de 23 años). Han sido siete interminables meses teñidos siempre de una bipolar provisionalidad. Bipolar porque, en lo positivo, ha permitido modelar una plantilla rectificando errores y teniendo siempre alerta a todos los jugadores, que han hecho real el tópico de que el puesto se gana en cada entrenamiento. Pero en lo negativo, se está batiendo el récord de incorporaciones en una temporada (ya rozamos las 30), la incertidumbre excesiva tampoco es saludable para un bloque y, para los románticos, aprenderse el once de memoria roza la heroicidad. Por suerte, la base que se hizo en julio fue lo suficientemente sólida para dar soporte deportivo y humano a los vaivenes posteriores. Rara vez los grandes proyectos se cimentaron en un cambio continuo. Por eso, muchos agradeceremos que llegue por fin el 31 de enero porque, como romántico declarado, no creo que un mercado eternamente abierto sea lo mejor para la salud de la competición, de los equipos, y de las aficiones.