España no tiene opción de ganar el Campeonato de Europa de Balonmano

Pierde con claridad la final contra la selección Alemania

31 ene 2016 / 21:22 H.

L a selección española de balonmano fue derrotada (24-17) ante Alemania en la final del Campeonato de Europa de Polonia 2016, en un encuentro en el que los “Hispanos” no lograron imponer su experiencia ni juego ante el desparpajo alemán, que dominó con pasmosa autoridad para conquistar su segundo oro continental y el billete directo a los Juegos de Río de Janeiro. Los de Manolo Cadenas comenzaron con mal pie, con un serio atasco en tareas ofensivas, y no lograron sacar de la final a una Alemania inspirada y lanzada desde la portería por Andreas Wolff. El festival alemán en (10-6) no disminuyó en el segundo tiempo, donde incluso la defensa española dejó de funcionar ante el joven combinado alemán, decidido a confirmarse como la sorpresa del torneo. España, que disputaba su cuarta final continental —la primera desde 2006—, volvió a quedarse con la miel en los labios con su cuarta plata. Varapalo para una generación que eso sí volvió a codearse con los mejores del mundo manteniendo el nivel del último lustro. En el tramo final de un ciclo olímpico que mira ya a Río, a los “Hispanos” se le escapó también el billete directo para los Juegos, obligados a ganarse la presencia en Brasil en el Preolímpico. El equipo se tiene que levantar para lograr la clasificación para esta importante cita. No fue el inicio soñado para una final y, lo peor, no fue cosa sólo del comienzo. La opción de presión e inexperiencia que podía recaer sobre la joven Alemania no apareció, como tampoco lo hizo el combinado español, borrado de la final por su rival. Los de Cadenas no llegaron a entrar en el partido lastrados por un atasco en ataque que terminó con seis goles en los primeros 30 minutos. Las pérdidas y la falta de ideas en modo ofensivo lastraron a una España sustentada por la defensa y las paradas de Sterbik. Alemania llegó incluso a gustarse, ágil y eficaz a partes iguales. Sin reacción de cara a la portería rival, la diferencia en el marcador comenzó a escocer en el ecuador del primer tiempo (7-2). Las exclusiones germanas fueron un clavo al que agarrarse por momentos (7-4). Sin embargo, ni siquiera encadenando periodos de superioridad, mejoró la pobre eficacia del ataque del cuadro español. Prueba de ello fueron los pocos goles marcados.