Excepcionales en el empate

La Victoria presenta una espectacular entrada para un encuentro muy especial

25 mar 2019 / 13:18 H.

Corrían las 17:15 horas cuando los primeros aficionados comenzaron a ocupar tímidamente sus asientos en las gradas del estadio de La Victoria para disfrutar del encuentro ante el Motril. Era una cita especial, algo que ya se vio en la zona fan desde el mediodía, y ningún aficionado del Real Jaén podía perdérselo. La iniciativa de Diario JAÉN de entregar entradas tras canjear cupones en la últimas semanas fue un verdadero éxito. Desde los gloriosos tiempos de este equipo en categorías muy superiores a esta Tercera División no se habían visto las alrededor de 7.000 personas que llenaron la tribuna y dejaron una postal para el recuerdo de muchos en la grada de preferencia para un partido de jornada de liga regular. Todas las peñas, hasta las más lejanas como la de Santisteban del Puerto, acudieron al llamamiento de un equipo que no pudo pasar del empate en esta ocasión. El día se levantó mal con temperaturas más bajas que las de las últimas semanas y fuertes ráfagas de viento que amenazaron, incluso, con llovizna. Puede que esto hiciera a muchas familias dudar hasta el último momento, ya que la fila de personas que comenzó a entrar cerca de las 17:30 horas no decreció hasta pasados ya cerca de veinte minutos de juego. Poco a poco, la grada de preferencia y los fondos norte y sur comenzaron a llenarse de color. El DJ Fran Requena fue el encargado de poner la nota musical en la previa del partido con temas míticos como el “We are the champions” de Queen o el propio himno del Real Jaén. Los aficionados se dejaron sentir por primera vez cuando el speaker oficial anunció la alineación del conjunto de la capital desde la megafonía. Desde entonces y con el equipo enchufado, la grada fue un clamor que se desató en euforia con el primer gol del partido de las botas, como no, del máximo goleador de Tercera División, Antonio López. Después, como el equipo, los aficionados parecieron aletargarse momentáneamente con el empate. Sin embargo, este espejismo desapareció en la segunda parte con el rugido de todo el estadio tras cada falta, oportunidades de gol y los segundos perdidos de juego. El tiempo no dejaba de correr ni los aficionados de desesperarse con la situación, pero tras el pitido final toda La Victoria reconoció el esfuerzo de su equipo con un sonoro aplauso.